Doohan se apunta el primer asalto

El Mundial de motociclismo abrió ayer sus puertas al duelo del año, al combate de pesos pesados entre Mick Doohan, el campeón, y Álex Crivillé, el aspirante. El Gran Premio de Malaisia de 500cc fue el primero de los 15 asaltos de la temporada y se resolvió claramente a favor del piloto australiano, aunque el español estuvo en su sitio, a la estela del número uno, para clasificarse segundo y esperar una mejor ocasión: por ejemplo, dentro de seis días en Suzuka.Crivillé no pudo llevar la pelea frente a su compañero-rival en el equipo Repsol-Honda como hizo tantas veces la temporada pasada, pero fue capaz de sobrevivir a un día poco propicio y llevarse al zurrón un buen puñado de puntos. "Este viaje es muy largo, aún falta mucho", dijo el piloto catalán. "Lo importante es la regularidad y pensar en el campeonato en su conjunto". Alex aún recuerda que dos caídas al principio de la temporada le privaron de pelear por el título de la categoría reina en 1996.

Un neumático defectuoso y la inestabilidad climática -no hizo un calor insoportable pero lloviznó antes y durante la prueba- obligaron a Crivillé a una carrera conservadora. A partir de la mitad, cuando vio que vio que no podía seguir a Doohan por culpa de su goma trasera -al final comprobó que estaba rajada- decidió asegurar la segunda posición y los 20 puntos correspondientes para la general del campeonato. "Al final, pensé que no llegaba", reconoció. Pero el actual líder del motociclismo español demostró que ya está maduro para pensar en ser el mejor del mundo.

Ayer, no obstante, el número uno siguió siendo Doohan. El piloto australiano comenzó a lo grande la defensa de su triple corona. Agarrado al nuevo motor que ha elegido para su Honda, muy similar en su comportamiento más brusco a los que equipaban las motos hace unos años, el cocodrilo no dejó ni las migajas. En su cabalgada solitaria hacia la primera victoria del año -35ª de su historial- rebajó incluso el récord de Shah Alam, que databa de 1991. Crivillé, por decisión propia con el mismo motor de la temporada pasada, quedó a 11 segundos.

Casi todas las 33 vueltas del Gran Premio de Malaisia fueron también un paseo militar para Honda, que arrasó colocando a tres de sus motos en el podio -tercero fue el japonés Nobuat-su Aoki, debutante en 500cc- y siete entre los 10 primeros.

Sólo el italiano Luca Cadalora (Yamaha), vencedor de esta carrera en 19961 impidió la absoluta hegemonía de Honda al clasificarse cuarto. Otros fabricantes, como Suzuki y o la debutante Modenas KR3 del equipo de Kenny Roberts, tuvieron un comienzo decepcionante, pues ninguna de sus motos logró acabar el gran premio.

Cuatro españoles se colocaron entre los 10 primeros: Crivillé fue segundo, Carlos Checa (MoviStar-Honda), sexto; Alberto Puig (Movi Star-Honda), séptimo, y Sete Givernau (Yamaha), noveno. Juan Bautista Borja (Elf), 14º, también sumó puntos para el Mundial.