Matanza de focas
Canadá inaugura su temporada de caza. Miles de focas serán exterminadas de la forma más cruel, es decir, utilizando ganchos para romper el hielo. La excusa que las autoridades canadienses adujeron para levantar la veda es que las focas devoran el pescado que vive en sus aguas, pero no hace falta inventar algo tan estúpido: el móvil económico es de sobra conocido. Me repugna esta doble moral que utilizan algunos países para justificar sus acciones: baste recordar el caso del fletán. Entonces Canadá se convirtió en el bastión del ecologismo. Ahora, sin embargo, la situación es diferente: la piel de foca -y, en menor medida, la carne- es un buen negocio. La comunidad internacional asiste impasible a este crimen, como a tantos otros. Y nosotros, los ciudadanos de a pie, nos arrellana-mos cómodamente en el sillón, pensando que ya se ocupará alguien de arreglarlo. Así va el mundo.-
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