"No nos sentimos madrileños"

, En Garganta de los Montes (314 habitantes) hace 14 años que no ondea la bandera de la Comunidad de Madrid. El alcalde, Rafael Pastor, independiente y en el cargo desde hace casi tres lustros, se niega a izar en la balconada de la casa consistorial la insignia regional porque "el pueblo de Garganta no se siente madrileño".

Garganta es un pequeño pueblo de casas de piedra que se alza en las zonas boscosas del valle del Lozoya y a horcajadas de los altos de Peña Gorda, los Canchos de la Torre y el Cuadrón. Se sitúa a 1.135 metros de altura y su término municipal lo cruzan arroyos de aguas cristalinas y el embalse de Riosequillo. "Nosotros no tenemos nada que ver con los habitantes de la capital. Este municipio es otra cosa: un pueblo castellano de la sierra que se siente más identificado con Segovia, por ejemplo, que con Madrid, con Getafe o con San Sebastián de los Reyes. Nuestros vecinos y parientes son los de Lozoya (450 habitantes), Gargantilla (214 vecinos) o Canencia (474). Las parejas se forman entre gente de estas localidades, llevamos la misma sangre, tenemos idénticas tradiciones. Ésa es nuestra verdadera región", señala el alcalde.

Por esta razón, el regidor se ha negado siempre a permitir que ondee la bandera de la Comunidad. "No tenemos nada contra el Gobierno regional, al que respetamos, pero ellos no son nuestros representantes. Tampoco ponemos nunca el himno de Madrid ni utilizamos el escudo oficial de la región, porque son símbolos ajenos a nosotros".

Manera de pensar

Pastor, nacido en Garganta, habla pausadamente cuando expresa estas opiniones. "No quiero que nadie piense que esto es una manera de llamar la atención, porque nunca lo hemos pregonado. Sólo es la manera de pensar de la mayoría de los vecinos, por no decir de todos. No nos sentimos madrileños y rechazamos a la administración autonómica como representación del municipio".Garganta guarda en el despacho del regidor el que considera auténtico símbolo del municipio: una bandera roja y verde, en cuyo centro está bordado en negro el nombre del pueblo. "La bordaron los vecinos tras la guerra civil, y es la verdadera insignia del municipio. Antes, la bandera se guardaba en la iglesia, pero, dado el mal estado del templo, la hemos trasladado hace poco al Ayuntamiento".

La insignia local incluye el color verde, para recordar los bosques y praderas que cubren la mayor parte del término municipal, y el rojo, que hace referencia al pendón de Castilla, señera de Castilla y León y color utilizado en los escudos nobiliarios de los duques del Infantado. Esta familia noble fue la propietaria durante siglos de la mayoría de las tierras del valle del Lozoya, según Pastor. El regidor reconoce que su negativa a izar la bandera de Madrid ha provocado, en ocasiones, situaciones curiosas. "Hace unos meses, nos visitó Alberto Ruiz-Gallardón. Fue una visita que agradecemos y que estábamos esperando para expresarle nuestras inquietudes y los problemas que aquí tenemos. Como vino en visita oficial, tuvimos que colocar la bandera de la Comunidad en su honor. La pusimos en la puerta de la iglesia, pero no en el Ayuntamiento, porque ésa es la casa de los vecinos de este pueblo, de este concejo".

Por eso, en aquella ocasión, Alberto Ruiz-Gallardón (aunque al presidente nunca se le explicaron las razones exactas) fue recibido a las puertas de la iglesia parroquial por un concejo de vecinos reunido al efecto. El concejo, una institución desaparecida hace siglos y que el Ayuntamiento recuperó para recibir al presidente, estaba compuesto por los diversos estamentos del pueblo (ganaderos, agricultores, alcalde). Dicha institución era la encargada de regular la vida de los poblados de la Comunidad y Tierras de Segovia, de la que Garganta dependió siete siglos.

El alcalde reconoce que tampoco iza la bandera nacional salvo en contadas ocasiones. "Lo de la bandera nacional es porque representa un poco a todo lo oficial. De todas formas, me siento español, lo que pasa es que sólo la ponemos el día de la Constitución, durante las fiestas del pueblo o cuando nos acordamos. Adorna bastante. El resto de los días, sólo mantenemos la de Garganta".

La historia de este municipio se inicia en el siglo XI. Un grupo de pastores segovianos se asentó en el lugar, dada la gran cantidad de pastos existentes. Durante siete siglos el pueblo dependió de la llamada Comunidad y Tierra de Segovia. Pero, ya en el siglo XVI, según el libro de la Comunidad de Madrid Arquitectura y desarrollo urbano, la comarca fue "sometida a la situación creada por la fijación de la capital del imperio en la villa de Madrid y, en consecuencia, el inicio de su marginalidad".

En 1826, Garganta se englobó en la provincia de Guadalajara, y en 1833 pasó a depender de Madrid. Y desde entonces en esta provincia sigue, aunque al alcalde no le guste.