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Ocho discapacitados psíquicos denuncian a una compañía aérea por impedirles subir al avión

El piloto alegó que habían superado el cupo del 10% asignado a este tipo de pasajeros

Un colectivo de disminuidos psíquicos de Mallorca que volvía de esquiar en la estación invernal de Pals, Andorra, ha denunciado haber sido víctima el pasado sábadode una "injustificada discriminación social" por parte de la compañía aérea privada Spanair. A nueve de los 24 integrantes del grupo, se les impidió subir a bordo del avión, cuando ya estaban en posesión de la tarjeta de embarque, alegando una normativa de Aviación Civil que limita al 10% del pasaje el cupo máximo que pueden ocupar discapacitados o minusválidos en cada vuelo.

Una asociación de Palma de Mallorca que se dedica a asistir a discapacitados psíquicos denunció ayer a la compañía aérea Spanair porque impidió viajar a ocho integrantes de un grupo de 24 disminuidos psíquicos y su monitor, justificando su decisión con una normativa que establece que el número de disminuidos a bordo de un avión no puede superar el 10% de los pasajeros.El incidente se produjo en el aeropuerto de Barcelona, en el momento en que el grupo, en posesión ya de la tarjeta de embarque se disponía a subir al avión. Los discapacitados, que pertenecen al centro Ciprés (Centro de Integración, Promoción y Educación Social) del Consell Insular de Mallorca, volvían a Palma de pasar una semana de vacaciones esquiando en la estación andorrana de Pals.

Al quedar en tierra, los discapacitados, muchos de ellos afectados por síndrome de Down, junto con su monitor, tuvieron que comprar un billete en otro vuelo posterior de la compañía Iberia, al margen del que había contratado el organizador del viaje, la entidad oficial Ciprés.

Los ocho pasajeros discriminados, según sus monitores, fueron víctimas de una selección individual -señalando directamente los que podían volar y los que tenían que quedar en tierra-, extremo considerado doblemente ofensivo.

El portavoz de los padres de los disminuidos, Gregori Lladó, anticipó su intención de presentar una denuncia judicial por "esta discriminación social totalmente injusta".

Comunicado de Spanair

La compañía de vuelos comerciales Spanair, a través de una nota pública, ha negado que se hubiese dado un caso de discriminación y argumentó que el manual de operaciones de vuelo establece un número máximo de discapacitados, el citado diez por ciento de las plazas de cada vuelo. El piloto de la aeronave de Spanair también aludió a la normativa -una circular de 1982 de la Dirección General de Aviación Civil-, para justificar la exclusión de parte del colectivo.Dicha normativa, según recordaron los portavoces del Spanair, justifica a su vez la limitación de pasajeros discapacitados a bordo de un avión para evitar problemas en caso de una evacuación de emergencia. Carlos Carasa, director técnico de Spanair, declaró ayer a TVE-1 que "cualquier minusválido, psíquico o físico, tienen todos el mismo tratamiento. Puede ser que haya alguna ambigüedad en esa normativa".

La compañía subraya, por su parte, que siempre dispone con especial cuidado medidas adecuadas para el traslado de minusválidos, facilitando sillas y vehículos preparados para su embarque.

La profesora del grupo, Pilar López, declaró ayer a TVE1 que ya habían hecho muchos viajes a diversos países y nunca habían tenido este problema. "La azafata, de manera poco agradable, iba mirando a las caras, y según le parecía, iba contando los que le parecían minusválidos. Esto nos pareció denigrante", explicó Pilar Lópes.

Por su parte, los responsables de la compañía aérea Spanair alegan haber seguido estrictamente la ley. Una de las afectadas, Bel Roser, que tuvo que permanecer en tierra, manifestó ayer a TVE- 1 su enfado por el trato recibido: "Nos trataron como si fuéramos inválidos. Y todos somos normales, así como Dios manda". Tras el incidente, los afectados y la compañía aérea creen que las autoridades deberían cambiar la normativa sobre pasajeros discapacitados.

Incidente lamentable

"El lamentable incidente fue el resultado de una interpretación abusiva, fruto de una actitud cerril del comandante del avión", indicó ayer Damià Ferrá Ponç, consejero por el PSOE de Bienestar Social del Consell de Mallorca, institución que patrocinaba el viaje.

Ponç anunció que se actuará para que se garantice el acceso de los discapacitados a los transportes públicos, que se cumpla la Constitución y que jamás se repitan este tipo de humillaciones y traumas innecesarios".

Entre el grupo de discriminados se encuentran aspirantes a ceramistas, jardineros y floristas; discapacitados de distintos grados entre 20 y 50 años, algunos de los cuales se incorporarán a la vida laboral, mientras otros reciben asistencia en el centro Ciprés. "Pretendemos su progresiva integración social y laboral y situaciones como la reseñada son inconcebibles e intolerables", agrega Ponç.

"Al grupo de minusválidos les aseguraron que si entraban todos en el avión no se podría atender su evacuación, en caso de accidente, cuando la mayoría no tenía minusvalías fisicas", añade.

Comisiones Obreras expreso su solidaridad con el colectivo de marginados y recordó que "la Constitución reconoce que los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación por cualquier circunstancia personal". La portavoz del sindicato, Magdalena Bestard, indicó que "extraña la existencia de supuestas instrucciones de rango inferior a las leyes, donde se pueda dar cobertura al menoscabo de los derechos de la ciudadanía que consagra la Carta Magna".

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