Un tribunal francés prohíbe a Renault cerrar la factoría de Vilvoorde

El tribunal de Nanterre, localidad vecina a País, decidió ayer "prohibir la prosecución de actos encaminados a cerrar la fábrica de Vilvoorde (Bélgica) hasta que la dirección central del grupo Renault haya cumplido con su deber de información y consulta con el comité del grupo europeo (CGE)". Esta sentencia, que ha sido inmediatamente recurrida por Renault, se suma a la dictada anteayer por un tribunal belga que detectó "irregularidades de procedimiento" en la decisión adoptada por el fabricante francés.

Mientras entre 500 y 1.000 trabajadores de Vilvoorde se manifestaban en el centro de la capital belga y protagonizaban varios incidentes violentos al intentar ocupar la sede del gobierno regional, los sindicatos celebraban su victoria ante la justicia francesa. "Esta sentencia es extraordinaria, es una novedad en Europa. Va a bloquear el cierre durante seis meses y obliga a Renault a negociar con el comité europeo", dijo un representante de la FGTB, central belga de inspiración socialista.En Bruselas, una delegación sindical fue recibida por el comisario europeo de la competencia, Karel van Miert, que en varias ocasiones ha criticado públicamente la decisión de Renault por considerarla contraria a las directivas europeas sobre despidos colectivos. Van Miert admitió sin embargo que él no tenía ninguna competencia sobre el tema. Mientras se prolongaba la entrevista los manifestantes atacaron a pedradas a la policía, que empleó un cañón de agua para disolver los grupos.

La conmoción provocada por el cierre de Vilvoorde es mucho mayor que la despertada en su día por Volskwagen cuando decidió cerrar también su planta en Bélgica. Sin duda el constructor francés es víctima tanto de la guerra entre flamencos y valones como de su imagen de empresa pública, que le imposibilitó hace dos años una fusión con Volvo.

Para Renault, "las cuestiones procesales evocadas en Nanterre no modifican para nada las necesidades económicas de la empresa". Un portavoz de la empresa automovilística afirmó que Renault quiere respetar el calendario actual, con el cierre de Vilvoorde el 31 de julio próximo, y que procedería a la inmediata "información y consulta" del CGE.

Para los sindicatos el fallo de es "un primer paso para la construcción de la Europa social" pues convierte al CGE en "parte obligada en todo diálogo" y no en un "organismo fantasma".