Denunciados por la cámara
Un asesinato y una paliza filmada en vídeo por un aficionado sacan a la luz los excesos policiales en Brasil
En medio de un clima de indignación nacional suscitado por un homicidio y diversos excesos perpetrados por agentes policiales ante una cámara de televisión oculta, el gobernador de Sao Paulo, Mario Covas, pidió ayer disculpas a la población. Antiguo defensor de los derechos humanos, Covas declaró contrito en una conferencia de prensa: "Yo soy el culpable, pues el jefe de policías tiene un jefe, que, a su vez, tiene un jefe, que soy yo". El propio presidente de Brasil, Fernando Enrique Cardoso, se mostró horrorizado y calificó lo ocurrido de "inaceptable".Los excesos policiales, que con frecuencia incluyen el asesinato de sospechosos, son frecuentes en Brasil, estimulados por la impunidad que cubre la mayoría de los casos. Esta vez, el abuso de la policía sacudió la conciencia nacional apenas porque fue exhibido el lunes pasado en el principal informativo de la televisión brasileña.
El vídeo, grabado en VHS por un aficionado que no se dio a conocer, muestra un control policial llevado acabo por una patrulla de 10 hombres que apalea brutalmente a los sospechosos sin ningún motivo y dispara sobre dos personas, matando a una de ellas. Cinco de los 10 agentes, detenidos el martes tras la difusión de las imágenes en televisión, tenían ya antecedentes criminales. Entre los cinco acumulaban "ocho acusaciones de homicidio, una tentativa de homicidio, ocho agresiones, dos accidentes de circulación, e incluso una acusación por abuso sexual de un menor", según informaron ayer la fiscalía y el Tribunal de Justicia Militar. Ninguno de los procesos llegó jamás a término. Todos ellos llevaban trabajando un mínimo de seis años para la Policía Militar (PM).
Estimulados por el interés de la prensa, algunos de los atemorizados vecinos de la favela donde ocurrieron los incidentes -y donde normalmenfe rige la ley del silencio- se atreven ahora a narrar historias sobre atrocidades cometidas en diversas oportunidades por la policía, lejos del alcance de las cámaras. Como la de un joven que tuvo que recorrer 500 metros de rodillas golpeado por la policía, o la de otro en cuya cabeza los agentes apagaban sus cigarrillos.El fiscal José Carlos Blat declaró que "se trata de delincuentes uniformados, que dieron un paseo completo por el Código Penal" y agregó que espera que cada uno de los agentes sea condenado a 56 años de prisión, bajo los cargos de homicidio con agravante, formación de banda y lesiones graves.
El representante de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Brasil, Luiz Bruno de Aguiar, comentó que Ia policía militarizada es una especie de Estado paralelo, que se rige por sus propias leyes al margen de la sociedad e independientemente del Estado de derecho".
"Nadie aprende el bandidismo en la academia de la PM. Los jóvenes reclutas se instruyen en la calle en contacto con los malos policías, que les enseñan la ilegalidad, declaró, por su parte, el procurador Fernando Barone Nucci, del Tribunal de Justicia Militar.
El episodio de esta semana se suma a una larga serie de policiales, entre las que se cuenta la matanza de 111 presos desarmados que se rebelaron, en 1992 en una cárcel de Sao Paulo, el asesinato de siete niños de la calle 1993 en Río de Janeiro y el asesinato de 21 personas inocentes en la favela de Vigario Geral, también en Río de Janeiro.
Hace poco menos de un año, un grupo de policías ejecutó a sangre fría a 19 campesinos sin tierra que se manifestaban a favor de la reforma agraria en el Estado norteño de Pará. Las agentes acusados de la matanza todavía se mantienen impunes, mientras el caso transita Sin prisa por las dependencias del poder judicial.
En medio de este clima de indignación, el Senado brasileño se dispone a votar hoy el proyecta de ley que tipifica el delito de tortura aplicable a policías y militares, que ya estaba previsto en la Constitución, pero no había sido incluido aún en el Código Penal.
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