Desplome en cadena de las bolsas europeas a raíz de las fuertes pérdidas de Wall Street
Estuvo a punto de convertirse en un martes negro. Las principales bolsas del mundo se desplomaron ayer contagiadas de las espectaculares pérdidas que había sufrido Wall Street en las dos sesiones anteriores (un 4,3%). Pero la apertura indecisa del mercado estadounidense (al final subió 27 puntos) ayudó a amortiguar las caídas en Europa. Los inversores temen que Nueva York haya iniciado la temida corrección a la baja tras la imparable subida de los últimos dos años que ha disparado las alarmas. En Asia, las principales bolsas perdieron entre un 0,74% (Tokio) a un 3,67% (Hong Kong). De los mercados europeos, Francfort fue el que más cedió, con una caída del 3,88%. Madrid, que ya el lunes -festivo en el resto de Europa- había perdido un 1,56%, bajó otro 1,67%.
¿Corrección o principio del pinchazo de la burbuja? La pérdida de casi 300 puntos en dos sesiones del índice Dow Jones (el 4,32% de su valor global), en una caída como no se registraba desde la invasión de Kuwait por parte de Irak, ha desatado las especulaciones sobre el futuro del mercado de valores estadounidense. La tesis más extendida -la más conveniente, también- asegura que el reajuste es una corrección necesaria después de un crecimiento de la bolsa del 75% desde enero de 1995.Los aspectos básicos de la economía de EE UU son sólidos, no hay razón para un nuevo crash, mantiene la mayoría de los analistas, que creen que ni dos o tres días malos en la bolsa ni la posibilidad de nuevas subidas de los tipos de interés pesan más que los fundamentos económicos y las perspectivas de crecimiento sostenido para 1997 y 1998. Mientras tanto, nuevos datos reveladores del vigor de la economía aparecidos ayer volvieron a agitar en Wall Street el fantasma de un nuevo endurecimiento de la política monetaria.
El miedo a que la subida de los tipos de interés que la semana pasada decidió la Reserva Federal, banco central estadounidense, sea sólo el principio de una escalada ha puesto en guardia a los inversores, que temen el impacto de estas medidas en los beneficios de las empresas y en el crecimiento de la primera economía mundial.
Política monetaria
Este cambio en la política monetaria estadounidense amenaza con frenar la tendencia a la baja de los tipos de interés en Europa, cuyas economías, a diferencia de EE UU, crecen a tasas aún muy moderadas. El peligro a que se debilite aún más el marco y el resto de las monedas europeas frente al dólar, que podría tener efectos negativos en la inflación al encarecerse las importaciones, disuadirá a los bancos centrales europeos de bajar más los tipos.El índice Dow Jones abrió ayer dando fuertes bandazos. Perdió 38 puntos nada más iniciarse la sesión y al cierre ganó 27,57 puntos. Muchos de los principales mercados de valores europeos no habían recogido la bajada del 4,3% que acumuló Wall Street entre el jueves y el lunes pasados por estar cerrados a causa de ser días festivos. Así que nada más abrir ayer registraron unas espectaculares caídas, amortiguadas sólo al final por la repentina recuperación de Nueva York. La Bolsa de Madrid perdió al cierre 7,92 puntos hasta quedar a 465,14. A media sesión había llegado a perder 12 puntos. Francfort cayó un 3,88%; Londres, un 1,50%, y París, un 2,82%. Estos retrocesos sucedieron a los registrados en los principales mercados asiáticos horas antes.
Las apuestas mayoritarias por la confianza no acaban de tranquilizar a los inversores, que se atormentan con la pregunta de siempre a través de los medios especializados y en los programas de información económica de radio y televisión: ¿es el momento de salirse del mercado o de continuar? Para aumentar su desazón, diversos datos de los últimos días permiten aventurar que la Reserva Federal tiene todos los argumentos necesarios para seguir encareciendo el precio del dinero.
Si se produce una escalada en ese sentido, es difícil que los mercados resistan en los niveles que están, con lo que no hay que discutir si se está o no ante una corrección, sino cuál va a ser su magnitud.
En la historia de Wall Street, las correcciones serias después de periodos de exuberancia, para utilizar la terminología de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, oscilan entre el 10% y el 20%.
"No veo ninguna razón técnica o de carácter fundamental para creer que el mercado esté muerto", sostiene Alfred Goldman, de Goldman, Sachs & Company en las reflexiones de analistas recogidas por The New York Times. Por el contrario, Charles Clough, de Merrill Lynch, tiene una perspectiva menos tranquilizadora a la vista del comportamiento de sectores claves del Dow Jones en las últimas semanas: "El consenso sobre lo que ocurre apunta al miedo por los tipos de interés más elevados, pero nosotros creemos que el mercado está anticipando un problema de beneficios. Tenemos el margen de rendimientos más alto desde 1978 y eso podría revelarse como insostenible".
Por encima del comportamiento de las inversiones más especulativas, hay una atención especial a los fondos mutuos, una de las estrellas de los dos últimos años que el pasado enero atrajo la cifra récord de 29.000 millones de dólares (4,11 billones de pesetas). En las últimas semanas, sin embargo, se ha desacelerado el flujo de ahorro que va a parar a estos fondos.
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