El PP afirma tener controles para que la corrupción no le afecte como al PSOE

Meses después de la llegada del PP al gobierno de las instituciones han surgido en algunos de esos organismos las primeras gotas de escándalos y corrupciones. En el PP molesta que se comparen esos "hechos aislados" con el calvario que vivió el PSOE en la última legislatura. Aseguran que nunca les pasará lo mismo y que jamás les aparecerá "una Filesa o un Roldán", porque disponen de "suficientes y rigurosos mecanismos de control". Afirman haber cortado de raíz cada caso que les ha saltado.

El coordinador general del PP, Ángel Acebes, se rebela ante la insinuación de tener que preparar una estrategia específica para afrontar un reguero de pequeños o esporádicos casos de corrupción en el numeroso cupo de organismos en los que ahora mismo gobierna su partido por toda España. No. es sólo el Ejecutivo que preside José María Aznar. Además, mandan en 10 autonomías, decenas de capitales de provincia, de diputaciones, ayuntamientos... Acebes cree en la "ética y en la honradez natural de las personas, por regla general".Ángel Acebes sí admite, y lo está viviendo estos días con especial dedicación por los casos Zamora o Baleares y, en otra medida, por las acusaciones contra Miguel Ángel Rodríguez, el portavoz del Gobierno de Aznar, que su partido está en el punto de mira.

También resalta este mismo aspecto el portavoz parlamentario del PP, Luis de Grandes: "Desde el punto y hora en que estamos gobernando somos el objetivo y el referente sobre el que se busca la ejemplaridad, y se hace bien. Yo creo que el Gobierno es el primero que tiene que ser ejemplar".

Al portavoz del PP en el Congreso no le parece mal ese examen minucioso de todo lo que haga su partido y su Gobierno: "No nos parece raro ser objeto de ataques o de estudio exhaustivo de nuestros comportamientos. Eso es natural. Lo que tenemos que estar es a la altura de las circunstancias. Ser transparentes".

Frente a esas miradas con lupa, y sobre todo frente a la aparición de posibles deshonestidades personales de algún dirigente aislado, el PP mantiene ajustados sus mecanismos de control internos. "No necesitamos ningún tipo de reflexión especial sobre lo que está sucediendo o sobre lo que pueda ocurrir", mantiene el coordinador del partido. Acebes no estima que les haga falta plantearse nuevas estrategias o planes: "Hay que transmitir a la gente otra sensación, que no todos somos iguales, que las corrupciones no las montan todos los partido?.

El coordinador del Partido Popular indica que pretender comparar lo que le sucedió al PSOE con lo que parece que despunta en algunos organismos donde gobierna su partido es "perverso". Acebes se defiende atacando: "Una cosa es una trama ilegal, organizada para beneficiar a un partido con 1.000 millones de pesetas [caso Filesa] y otra muy distinta la acusación interesada de Zamora, en la que se habla de tres millones. No es equiparable".

En el PP opinan que en el caso Zamora no podrían haber actuado de manera más rápida y contundente. "Inmediatamente formarnos una comisión interna de investigación, hemos hecho público su informe, hemos favorecido y alentado la intervención de los tribunales y los jueces, presentado querellas y apoyado la comisión de investigación en el organismo afectado, que está presidido por el promotor inicial de la denuncia. ¿Qué más podemos hacer?", dice Acebes.

Acebes y De Grandes participaron el pasado lunes en una reunión en La Moncloa con Aznar y el vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos, secretario general del PP, en la que se informó en persona al presidente del Gobierno, entre otros asuntos, de algunos aspectos de lo ocurrido en Zamora. Sólo se abordaron, al parecer, cuestiones generales. Uno de los constructores denunciantes de este presunto cobro de comisiones ilegales al PP, sin embargo, llegó a implicar a Aznar en esa operación. Aznar no quiso recibir ningún detalle sobre ese extremo.

En el Partido Popular y en su grupo parlamentario niegan haberse convertido, tras la aparición de casos como el de Zamora o el de Baleares, en el parapeto del Gobierno de Aznar.