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Botín reclama del Gobierno tensión y rigor para despejar las dudas sobre la adhesión al euro

El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, puso una pequeña sordina ayer a la corriente que da por segura la entrada de España en la Unión Monetaria en enero de 1999. Botín dijo que la economía "va bien" pero alertó: "En estos momentos se plantean dudas respecto al acceso de España a la moneda única". Para despejarlas, pidió al Gobierno mantener "la tensión" y "el rigor presupuestario y de la política monetaria [ ... ] Debemos cumplir con claridad los objetivos de Maastricht", dijo, porque "no debemos someter a nuestro país a las incertidumbres de un compromiso político de última hora". Botín manifestó ante la junta general de accionistas, celebrada en la capital de Cantabria, que no hay "necesidades objetivas" de nuevas fusiones entre los grandes bancos españoles, aunque animó a las cajas a que las hagan. Además, recordó que las cajas deben destinar parte de sus beneficios a obras sociales.Botín matizó en parte la doctrina extendida entre casi todos los presidentes de la gran banca española de que no existe "ninguna duda" respecto a la entrada de España en la Unión Monetaria Europea. No la puso en duda, pero dio la voz de alarma acerca de los riesgos de este elevado optimismo.

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Tras lanzar una única y contundente flor al Gobierno ("no hay que insistir en que la economía, en su conjunto, va bien en España; lo he manifestado ya hace tiempo y los datos hablan por sí", subrayó) Botín puso sus peros sobre la mesa. "Más importante, a mi juicio, es mantener la tensión permanente sobre el objetivo de la integración de España en la Unión Económica y Monetaria".

El presidente del mayor grupo bancario español recordó que "en este momento se plantean dudas respecto al acceso de España a la moneda única" y subrayó la importancia de que se despejen esas incertidumbres. "No me cabe duda de que para el país es fundamental cumplir los criterios del Tratado de Maastricht. Es necesario que España forme parte del primer núcleo de países que acceden a la Unión".

Y por ello realizó la siguiente advertencia al Ejecutivo. "No debemos someter a nuestro país a las incertidumbres de un compromiso político de última hora o depender exclusivamente de nuestra capacidad de negociación en el Consejo Europeo. Para ello hay que mantener el rigor presupuestario y de la políticas monetaria Debemos cumplir con claridad los objetivos de, Maastricht y, mirando más lejos, establecer las bases para que la economía española pueda funcionar sin problemas dentro de la Unión Monetaria".

El máximo responsable del grupo financiero cántabro también abordó el debate sobre los posibles cambios en el mapa bancario. Su posición es clara: "El grado de concentración española [ ... ] es muy superior al de la media europea. No hay necesidades objetivas de nuevas grandes fusiones entre los bancos de nuestro país".

Cuatro grandes

Para Botín, un mapa bancario basado en cuatro grandes entidades (Santander-Banesto, BBV, Argentaria y BCH, que suman el 48% de los activos de la banca y de las cajas) es "razonable". "Cambios en esta situación podrían reducir el grado de competencia, con beneficios muy dudosos sobre la productividad".Sin embargo, el presidente del Santander cree que las fusiones son recomendables entre cajas de ahorro. "Considero muy conveniente que se fusionen cuando haya razones técnicas para ello". Y reavivó la vieja batalla de bancos y cajas sobre el destino de los beneficios de éstas: "Que dediquen la parte de sus beneficios que corresponda a obras sociales", pidió.

Botín también dejó clara su posición sobre las participaciones industriales y las futuras privatizaciones. "Cuando el Santander invierte en participaciones industriales, lo hace con una vocación financiera desligada de otras consideraciones de control o de gestión", insistió,

"El Santander no formará parte de núcleos duros ni comprometerá su capital en participaciones financieras a largo plazo en la industria. Nuestro papel consistirá en apoyar proyectos que creamos interesantes cuando nuestra capacidad financiera o nuestros conocimientos del mercado español puedan ser útiles".

Otra de las razones esgrimidas por Botín para defender esta línea es "que hay una incompatibilidad funcional básica entre el ejercicio independiente de la profesión bancaria y los compromisos, internos y externos, que pueden derivarse de la pertenencia estable a los consejos de empresas industriales".

Toda una carga de profundidad contra su principal competidor, el BBV, defensor de la permanencia de grandes grupos bancarios en el núcleo estable de empresas como Telefónica o Repsol. Y no fue el único dardo lanzado en dirección al grupo financiero vasco. Botín criticó también la política de inversiones en Latinoamérica basada en toma de participaciones minoritarias. "Las minorías son un error bancario de base", sentenció.

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