Cultura subvenciona con 4.000 millones de pesetas 450 proyectos de científicos madrileños

Un coche que cruza la ciudad sin necesidad de llevar conductor, una máquina que permite ver a los ciegos o un filtro para que la incineradora de Valdemingómez no contamine a los vecinos son algunos de los 450 proyectos de investigación que la Consejería de Educación y Cultura, que encabeza Gustavo Villapalos, ha financiado este año. En total, se han destinado 4.000 millones para que los científicos de la región no tengan que salir fuera de los límites de la Comunidad a buscarse la vida.Los proyectos, todos avalados y rubricados por destacados científicos del Consejo Superior de Investigaciones

Científicas (CSIC) y de las universidades madrileñas, abarcan campos muy diversos: desde la lingüística hasta la robótica o la química. Por ejemplo, el profesor. Ricardo García Rosado, del CSIC, quiere construir un coche que no necesite conductor para cruzar las ciudades. Ha bautizado su idea con el nombre de Covan (Control de un Vehículo Autónomo en un Ambiente Natural).

"La idea", dice García Rosado, "es que el ciudadano conduzca cuando le apetezca y que, cuando quiera, sea el coche el que le lleve a los lugares deseados. El fin del proyecto podría resumirse, a grandes rasgos, en que el ciudadano deja el vehículo en el aparcamiento de la plaza de toros y le dice al coche que le venga a buscar a la puerta de la plaza pasadas tres horas. Y que el coche lo haga y se lleve por delante a la menor cantidad de gente posible", bromea el científico. El vehículo va rodeado de sensores y las primeras pruebas se realizarán en el Instituto de Automática Industrial de Arganda. La consejería le ha dado 17 millones de pesetas para que haga realidad este coche fantástico en menos de dos años. Había pedido 24 millones.

Por su parte, Luis Pastor, doctor en Ingeniería Industrial de la Universidad Politécnica, está empeñado en construir un sistema que permita a los ordenadores identificar a una persona por su imagen. "El proyecto, hablando de una manera llana, consiste en lo siguiente: Se graba la imagen de un individuo mediante una cámara de vídeo y la señal se transmite a un ordenador. La computadora identificará de quién se trata gracias a un programa construido al efecto. El invento tendría múltiples aplicaciones en el campo de los invidentes o de la seguridad, por ejemplo", dice. Ha recibido nueve millones.

Pastor reconoce que sistemas semejantes al que pergeña ya existen, "pero no están suficientemente perfeccionados". Y pone un ejemplo: "Durante la Expo de Sevilla se intentó identificar a los asistentes a determinados eventos mediante la lectura digital de sus palmas de la mano. El sistema tuvo que ser retirado ante su gran cantidad de errore".

La Consejería de Cultura ha dado a todos los inventores un plazo máximo de dos años para tener acabados sus proyectos. Algunos ya han realizado grandes progresos. El profesor Antonio Martín, de la Universidad Autónoma, ya está obteniendo los primeros resultados en el programa denominado "Desarrollo de los modelos psicosociales causales que faciliten la predicción y prevención de las conductas violentas". Martín ha rehusado, de momento, dar a conocer a este periódico los resultados, "por deferencia" hacia la Comunidad.

Francisco Rubia Vila, director general de Investigación, explica que la Comunidad subvenciona estas ideas para mejorar la calidad de vida de los mádrileños. "No buscamos rentabilidad económica, sino social. Es necesario, además, proteger los centros científicos de la región, que son un tercio de todos los de España. Seríamos felices si una mínima parte de los proyectos alcanzasen sus fines y la industria los asimilase".

El presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, presentó la semana pasada el denominado proyecto Madritts. "Este plan quiere aunar, de cara a una mejor investigación e innovación tecnológica, los esfuerzos de todos los organismos implicados en el terreno de la investigación en Madrid", afirmó Ruiz-Gallardón.

La región acapara el 23,6% de los científicos públicos de España, el 42,8% de los investigadores de empresas y el 31,2% de la producción científica.