_
_
_
_

La recuperación de Wall Street devuelve cierta calma a los mercados

Los mercados financieros de todo el mundo vivieron ayer una jornada de reajustes, después de la tensión del día anterior en la Bolsa de Nueva York. El tipo de cambio de la peseta frente al dólar se adaptó a la reacción alcista el jueves de la moneda norteamericana y marcaba un cambio medio de 144,88 pesetas, 1,12 por encima del cierre previo. La rentabilidad del bono español a 10 años subió hasta el 7,03%, y el diferencial con Alemania se situó en 1,32 puntos, ocho centésimas más que la víspera.

La Bolsa de Nueva York llegó a recuperar 77 puntos de un solo golpe y al cierre ganó 56,57. Pero, con su comportamiento del día anterior (bajó un 2,28%, 160 puntos) había dado la razón al presidente de la Reserva Federal (banco central) respecto a su "exuberancia irracional".En realidad, la bolsa no ha hecho más que ampliar en precios el sentimiento de los inversores norteamericanos sobre su economía, con un crecimiento sostenido, creación de puestos de trabajo, un incremento del consumo acorde con esas dos variables y sin presiones salariales importantes.

El jueves, en plena crisis de nervios, se buscaba una explicación y la más fácil era la de una inminente subida de los tipos de interés. Pero esa amenaza ha convivido durante dos o tres meses con una fuerte subida de las cotizaciones sin llegar a preocupar demasiado.

El índice de precios al consumo (IPC) de febrero en Estados Unidos, que se conocería mucho después del cierre de los mercados europeos, es la gran incógnita, pero la bolsa se lo tomaba con calma.Repercusión inmediata

La repercusión sobre el mercado español fue inmediata, con una apertura en la que se llegaron a perder hasta 6,54 puntos y un cierre con un avance de 0,09 (el 0,02%), que situaba el índice general de Madrid en el 485,20%. Los inversores españoles tuvieron que hacer verdaderos equilibrios entre una situación interna inmejorable, con los tipos de interés a la baja, y el temor que despierta Wall Street, mercado que tan pronto es un modelo a seguir como la fuente de todos los males y que, consecuentemente, traslada su elevada volatilidad a la actividad inversora en los mercados españoles.

Si la bolsa y la peseta consiguieron recuperarse en la sesión, el mercado de deuda tuvo más problemas. La reducción del precio del dinero a corto plazo por el Banco de España pasó inadvertida para el mercado secundario de deuda, en el que el juego se plantea para periodos de tiempo más dilatados y con la vista puesta en la convergencia europea.La rentabilidad de la emisión a 10 años subió al 7,03%, con el agravante de que en términos reales -una vez descontada la inflación- el crecimiento ha sido mucho mayor en estos dos días. El diferencial con Alemania creció ocho centésimas, hasta los 1,32 puntos. Con ello, se pierde la ventaja obtenida el día anterior tras conocerse el magnífico IPC de febrero.

Las bolsas europeas también se dejaron llevar por Wall Street, pero sus recuperaciones fueron más fuertes, al no partir desde posiciones tan negativas como la que presentaba la bolsa española en el momento de la apertura. Londres ganó un 0,60%, París el 0,51% y Francfort un 0,28%.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_