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FALLAS DE VALENCIA

Se seguían cayendo

Los toros de las corridas falleras, tururú.Los toros de las corridas falleras -y van siete- estaban inválidos, a salvo de alguna cornuda excepción. Los toros de la séptima corrida fallera, aquejados además de borreguez, se seguían cayendo, y teme la razón que no pararán los toros de caerse de aquí a la consumación de los siglos.

Los taurinos han montado la fiesta sobre la base de unos toros inválidos y aborregados. Cuando se les pregunta por qué se caen los toros dicen que es un misterio insondable y que ni la ciencia ni la experiencia han logrado poner remedio a semejante estigma. Pero hay otra realidad: cuanto más se caen los toros de una determinada ganadería, más la compran los empresarios y más se la disputan los toreros.

Gutiérrez / Tato, Tomás, Canales

Toros de Pedro y Verónica Gutiérrez Lorenzo (uno devuelto por inválido), sin trapío, inválidos y aborregados excepto 5º enterizo y bravucón. 2º, sobrero de Benítez Cubero, incierto.El Tato: estocada (oreja); estocada trasera -aviso-, rueda de peones y descabello (oreja); salió a hombros. José Tomás: pinchazo y estocada corta (ovación y salida al tercio); estocada corta ladeada, rueda de peones -aviso- y cae el toro (aplausos). Canales Rivera: pinchazo hondo trasero, descabello -aviso- y descabello (vuelta); pinchazo y estocada corta tendida (aplausos). Plaza de Valencia, 12 de marzo. 7ª corrida fallera. Media entrada.

Los toros de casi todas las ganaderías anunciadas en esta feria ya venían cayéndose desde años atrás , pese a lo cual vuelven a traer sus productos, se anunciarán en la feria de Sevilla, irán a la de San Isidro, querrán torearlos tanto las figuras como quienes pretenden serlo, y así hasta agotar sus camadas, dejar limpios de inválidos sus campos y bien surtidas sus cuentas corrientes.

En sentido inverso, los toros que no se caen, ésos los toreará Rita. Ahí está la ganadería Cuadri, triunfadora en la pasada feria de San Isidro, cuyos toros desarrollaron casta y poderío. No bien el ganadero hubo sido colmado de plácemes y trofeos por su éxito, le quitaron de los carteles donde había sido anunciado. Y este año, salvo una corrida ya reseñada para Madrid, el resto de ellas ha tenido que venderlas en Francia.

Las figuras y quienes pretenden serlo...

Uno de los toreros que tras lo de San Isidro exigió le sustituyeran los encastados y enterizos toros de Cuadri fue El Tato. Estaban anunciados en Algeciras, ya ves. Naturalmente a Valencia vino ayer El Tato con todo lo contrario: unos toros de trapío escaso, fuerza ninguna, alma borrega.

Este tipo de toro -propiamente el antitoro- es idóneo para desplegar el toreo moderno, que El Tato practica con verdadera fruición. De manera que fue El Tato, se marcó su larga cambiada, molió a derechazos con alguna breve incursión al natural los mustios toros, intercaló desplantes, cobró estoconazos, se llevó sendas orejas, lo sacaron a hombros y a otra cosa.

No es que con estas faenas pusiera la plaza boca abajo. Antes al contario, la plaza se iba sumiendo en el sopor mientras El Tato esos derechazos y esos naturales los daba harto aliviado; es decir, fuera cacho en el cite medio tumbado al correr la mano, allá que te va el pico en plan cautelar. Claro que tal modalidad torera, paradigma del arte de adefesio, puede perpetrarse sin problemas en Valencia, donde la música ataca pasodobles desde los muletazos iniciales y no para, el público es consentidor -si no cómplice- y al final pedirá indefectiblemente la oreja, agitando frenético las almohadillas.

José Tomás no mejoró las calidades artísticas y también se puso pesadísimo. Ocurrió, no obstante, que a la salida de un derechazo el toro sobrero -un colorao de los que desarrollan sentido- le pegó un inesperado volteretón, en la estocada lo volvió a encunar, y en ambas ocasiones se incorporó sin mirarse siquiera, lo cual es síntoma de torería. Y lógicamente este dato se le apuntó a José Tomás en positivo.

Toreo bueno lo interpretó Canales Rivera, las cosas como son. Canales Rivera, que recibió a sus toros (o lo que fuera aquello) a porta gayola y continuó tirándoles largas de rodillas, ligaba los pases. Un poco de costadillo y metiendo el pico dichoso pero los ligaba, sin perder pasos y aun ganándolos. Un iole! por los toreros que se atreven a disputarle el terreno al toro y a dominarlo mediante el canon de parar, templar y mandar. Mejor lo hizo en el tercero pues el sexto devino reservón y se defendía.

Se ha dicho toros y posiblemente habría dado lo mismo decir vacas. O quizá vacos. El vaco. La tora. El vaco loco. La tora cojitranca. La lidia tururú. La fiesta del batacazo.

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