El Vaticano establece relaciones con Libia para impulsar el diálogo

La Santa Sede anunció ayer el establecimiento de relaciones diplomáticas con Libia y la apertura de una nunciatura en Trípoli, que ha sido encomendada al español José Laboa, el nuncio en Panamá que, durante la crisis de 1989 plantó cara a Estados Unidos. El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, precisó que "las relaciones diplomáticas representan, sobre todo, un instrumento orientado al bien de la Iglesia local" y añadió que la Santa Sede desea "dar un impulso especial al diálogo internacional".

Navarro recordó que todos los Estados europeos, salvo el Reino Unido, tienen relaciones con el régimen de Muammar el Gaddafi, y que la Santa Sede mantiene nunciaturas en todos los demás países del norte de África y en todas las capitales árabes, menos las de Arabia Saudí y los emiratos del golfo Pérsico. El portavoz estimó, en consecuencia, que no hay motivo para que el anuncio de ayer suscite reacciones contrarias, como es previsible que ocurra en Washington.El líder libio, por su parte, ha dicho en una entrevista transmitida ayer por la RAI, la televisión estatal. italiana: "Nosotros reconocemos la profecía de Jesús, son los cristianos los que no reconocen la profecía de Mahoma. Cuando nombramos a Jesús, decimos paz. Damos a nuestras hijas el nombre de Mariem (María), mientras que ustedes, en el mundo cristiano, no llaman Mohammed (Mahoma) a sus hijos. No hacemos diferencias entre Jesús y Mahoma. Ala nos enseña que todos sus profetas son iguales. Son ustedes los que distinguen entre los profetas". Gaddafi afirmó que es contrario al terrorismo y favorable a. la libertad de los católicos en Libia.

Unos 50.000 cristianos. viven en territorio libio -la mitad italianos, filipinos el resto- y esto explica que la Santa Sede y Libia hayan mantenido relaciones. oficiosas desde 1965. En Trípoli había un obispo, al que desde ayer se suma un vicario, y ese prelado tenía funciones de delegado apostólico. Las relaciones atravesaron momentos difíciles en. 1986, aunque Gaddafl haya tratado en todo momento de privilegiar el diálogo con el Vaticano a fin de aliviar su situación de aislamiento internacional.