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Entrevista:

"La prisa de Madrid condiciona mucho la actividad cerebral"

Catedrático de Fisiología, cordobés nacido en 1919, se define a sí mismo como "un médico raro que nunca ha visto enfermos y se ha pasado la vida investigando los problemas del sistema nervioso". Miembro desde 1993 de la Fundación Colegio Libre de Eméritos, actualmente está impartiendo el curso Los sistemas sensoriales y la percepción, en el que, entre otras muchas cosas, explica los secretos de la organización en el cerebro de la vista o el oído. Irónico y buen conversador, sabe cosas tan curiosas como lo que hacían Los Beatles con el sonido para crear el ambiente psicodélico, "que era escribir la música en una partitura normal y empezar, a interpretarla por detrás, por el final, para lograr la inversión de los armónicos". Vive en Madrid, pero eso no le impide irse de tarde en tarde a Nueva York y encerrarse en un laboratorio.Pregunta. ¿Cómo está nuestro cerebro cuando nacemos?

Respuesta. Perfectamente organizado. Aunque hasta hace poco se creía lo contrario, lo cierto es que somos dueños de un conocimiento innato que se va modulando por los sentidos a lo largo de la vida.

P. ¿Qué es exactamente lo que nos ocurre cuando estamos expuestos a muchos ruidos?

R. El oído enferma y pierde sensibilidad, que es su manera de defenderse. Lo que hace en realidad es inhibir desde dentro el efecto de ese ruido -que es un agente estresante de los más importantes- sobre el sistema nervioso. Pero el problema que tiene Madrid no es sólo, que hay muchos ruidos, sino que se habla bastante y hay mucha actividad. Se dice, por ejemplo, que los taxistas son maleducados. Esto no es así, lo que ocurre es que están recibiendo constantemente señales de peligro, y el sistema antiestrés se les va agotando con el paso de las horas.

P. ¿Hay alguna ventaja en la cantidad de estímulos que recibimos en una ciudad como Madrid?

R. La gran ventaja de Madrid y de cualquier otra gran ciudad es su oferta cultural. Esto compensa los posibles perjuicios de la prisa, tan típica de Madrid, que impide la reflexión y condiciona mucho la actividad cerebral.

P. ¿Podemos hacer algo para defendemos de la vida agitada?

R. Sí, realizar de manera rutinaria algunas de nuestras actividades diarias. Es un mecanismo de defensa como otro cualquiera: va en contra de lo creativo, pero nos permite luchar mejor contra el estrés. Lo mejor de todo, sin embargo, es poder liberarse de los ruidos nocturnos y dormir bien. No hay nada como eso.

Los sistemas sensoriales y la percepción. Colegio Libre de Eméritos. Entrada libre.

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