Prisión incondicional para el joven acusado de matar a sus padres en Huelva
"Sergio, ¿has sido tú?", preguntó un periodista, "Eso dicen", respondió."¿Y adonde te llevan ahora?" "Con Curro, al Caribe", sentenció Sergio divertido. Sergio B, de 16 años, presunto autor de la muerte de sus padres el pasado martes, en Riotinto (Huelva), no iba, evidentemente, al Caribe. Su destino era la cárcel de Huelva, en la que ingresó ayer mismo, acusado de matar a sus padres por orden del Juzgada de Instrucción número 1 de Valverde del Camino.
Sergio, sonriente antes y después de prestar declaración ante el juez Francisco Serrallo, negó saber cualquier cosa sobre la violenta muerte de sus padres, que fallecieron el martes al mediodía tras recibir un disparo de escopeta cada uno y varias cuchilladas. Las pruebas, sin embargo, le apuntan como el autor de este doble crimen, que ha llevado la consternación a la cuenca minera onubense.
Con su declaración ante el juez, el joven corroboraba lo que ya había dicho a la Guardia Civil el martes por la noche tras su detención: él no sabe nada de nada sobre la muerte de sus padres, Ángel, de 65 años, y Bernardina, de 58.
La actitud que mantuvo ayer el detenido fue, cuando menos, sorprendente. Crecido por la expectación que estaba causando su persona entre las medios de comunicación, el joven llegó a gastar un par de bromas a los fotógrafos sobre al número de carretes que estaban gastando en inmortalizarlo.
Discusión
Los hechos ocurrieron el pasado martes en el número 123 de la calle de Fenicio, en la barriada Alto de la Mesa de Riotinto, Esta vivienda pertenece a un hermano del detenido, que la está arreglando para vivir próximamnte, ya que tiene previsto contraer matrimonio, La casa está justo al lado de donde vivía la familia. Por motivo que aún no ha trascendido, comenzó una discusión entre Sergio y su madre, en la que se vió implicado el padre. Cuando estaban en el cuarto de baño del 123, el hijo se presentó con una escopeta de caza, con la que presuntamente descerrajó sendos disparos a quemarropa a su padre, en el estómago, y a su madre, en un costado. También asestó, presuntamente, una cuchillada a su padre en el cuello y cinco a su madre, Tras cometer presuntamente el crimen, Sergio
se fue a su casa, se cambió la ropa, que estaba manchada de sangre y la tiró en un contenedor cercano a la casa.
Sobre las tres de la tarde, llegó su hermano Ángel, que encontró a Sergio leyendo tranquilamente una revista en el comedor de la casa. Ángel le preguntó por sus padres, pero no obtuvo respuesta, así que fue a buscarlos hasta que los encontró muertos en la casa en la que él tiene previsto vivir. Primero avisó a un policía local vecino y después a la Guardia Civil, que detuvo al menor tras encontrar sus ropas en el contenedor y comprobar que eran de su propiedad.
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