El control por los sindicatos del despido último escollo para el pacto social

Las negociaciones sobre la reforma laboral se desarrollan lentas, pero con avances muy claros. La patronal y los sindicatos han logrado un acercamiento importante en el punto central, una interpretación común de las causas legales del despido individual, y han llegado al penúltimo escollo, el control y la participación sindical en las rescisiones de contratos. El despido por causas económicas (con 20 días de indemnización por año trabajado) se podrá producir cuando la empresa esté en riesgo de caer en números rojos.El último obstáculo para el acuerdo parece ahora la reforma de la contratación, aunque sindicatos y organizaciones empresariales parecén haber decidido ya dar luz verde a tres modalidades de contratos para jóvenes: de formación, el actual de prácticas, mejorado y otro para facilitar la inserción en el mercado de trabajo.Estos avances, en la reunión de ayer entre empresarios y sindicatos han sido posibles una vez que la CEOE parece decidida a retirar la propuesta de modificar los procedimientos de despido colectivo y de reducir la indemnización desde 45 días a 25 por año trabajado para los despidos por causas objetivas que sean declarados improcedentes.

A partir de ahí, los interlocutores se han centrado en la clarificación de las causas de despidos objetivos individuales. Se trata de un intento de evitar el riesgo actual de que sean calificados en un altísimo porcentaje como improcedentes (y den lugar a 45 días de indemnización por año trabajado) y de que sean los jueces, mediante sentencias, los que vayan interpretando las causas definidas como objetivas por la normativa legal.

Cambiar el estatuto

Los sindicatos han aceptado una modificación legal al artículo 52.c del Estatuto de los Trabajadores. La fórmula que manejan CC OO, UGT y la CEOE es que los despidos por causas económicas se puedan justificar con carácter preventivo, cuando la empresa esté abocada a caer en números rojos, sin necesidad. de que la crisis sea irreversible.

En cuanto a las causas tecnológicas, organizativas y de producción la patronal propone que se admitan cuando las rescisiones de contrato "contribuyan a mejorar la situación de la empresa".

Pero el principal escollo para lograr un consenso en relación al despido es que UGT y CC 00 piden un mecanismo de participación sindical en las extinciones individuales de contratos (en las colectivas ya existe) y la posibilidad de trasladar a la negociación colectiva una clarificación más amplia de las causas del despido.

Hasta el momento, la demanda de los sindicatos es rechazada de plano por CEOE, que no está dispuesta a cambiar el control judicial por el control sindical y argumenta que en ningún país de Europa los comités de empresa controlan los despidos individuales. Una posibilidad de acercamiento puede consistir en acordar el requisito de remitir al juez que entienda de cada caso de despido un informe del comité de empresa sobre la situación de la compañía, acompañando al informe del empresario para justificar la rescisión del contrato.

Una vez identificado ese penúltimo escollo, los negociadores lo han aparcado y casi toda la j ornada de ayer la dedicaron a debatir la reforma de las modalidades de contratación y a diseñar unas nuevas modalidades de contratos para la inserción de los jóvenes en el mercado de trabajo que rectifiquen la inestabilidad y la inseguridad jurídica actuales.

Ayer lograron, por primera vez, acordar un modelo de contratación para jóvenes, asentada en tres modalidades: una de formación, que sustituya a la actual de aprendizaje, que carece de cualquier tipo de protección social; la segunda, sería una versión mejorada del contrato actual de prácticas; y la tercera, un contrato nuevo de inserción.

Ese principio de acuerdo sobre la contratación de jóvenes fue confirmado anoche por el secretario general de CEOE, Juan Jiménez Aguilar, y por los dirigentes de CC OO y UGT, Fernando Puig y Toni Ferrer.

Todos precisaron que los avances conseguidos entre el martes y el miércoles son importantes, pero nadie quiere hablar aún de final feliz. No habrá ningún acuerdo hasta que no se rematen todos los asuntos sobre la mesa. Los interlocutores quieren comprobar si encajan todas las piezas y la resultante es un acuerdo equilibrado. Para hoy tienen una nueva cita en la sede de UGT. La de ayer se celebró en CEOE.