Aniversario
El brillante escritor Gore Vidal sospecha, en su libro, Una memoria, que "aquello que los demás quieren que seas vas a serlo, a pesar de todas las pruebas en contra". Suele ocurrir. Son tantas las ocasiones en que los otros te explican por qué hiciste esto o aquello, y tantos los momentos en que quisieras no defraudar a nadie, que tarde o temprano acabas por reconocer en ti los rasgos que tus contemporáneos te atribuyen y que nunca creíste, y tal vez ni siquiera quisiste, poseer. En estos casos, nos encontramos ante una simbiosis, quizá una transfiguración. Interesada o no ' tiene su parte tierna, a veces incluso patética, humana.Pero cuando alguien, deliberadamente, finge para que le crean otro, y de este modo poder llegar adonde nunca habría podido de haberse mostrado tal cual era, entonces nos encontramos ante una impostura, una falacia. Y esto es lo que el Partido Popular y su gente del Gobierno, a lo largo de los actos enfervorecidos y parlamentos pomposos con que han punteado su, primer año en el poder, han conmemorado. Celebran, con inflamada retórica, el hecho de seguir siendo como siempre fueron, aun después de haber vivido varios meses simulando lo otro. Celebran haber sabido quitarse la boina y ponerse una barretina sin llegar al extremo de tener que depilarse el entrecejo. Celebran lo listos que son, lo tontos que somos, lo hábilmente que sacuden, en primera línea, el botafumeiro de los moderados verbos -la conocida tríada del deseo, espero y confío-, aunque el humo ya no resulte tan espeso como para que el personal no avizore los ordeno y mando que suenan en la retaguardia.
Y los españoles ¿qué podemos celebrar por estas fechas? Es fácil: que al fin sabemos de qué! se ríe el presidente.
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