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La Generalitat pone objeciones a la ley del suelo y anuncia que quiere negociarla

La Generalitat teme que la nueva ley del suelo afecte negativamente la actividad industrial y signifique un retorno a la selva para el mercado inmobiliario. El Consejero de Obras Públicas del Ejecutivo de Cataluña y el director de Arquitectura y Urbanismo de esta comunidad destacaron ayer que una liberalización descontrolada puede provocar un caída "del valor del suelo que arrastre hacia abajo el dinamismo de la economía".

La Generalitat se mostró crítica ayer con la nueva ley del suelo anunciada hace pocos días por el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, cuando dijo que todo el suelo de España, menos. el protegido será edificable. La Generalitat utilizó una dialéctica de guante blanco, ofreciendo, al mismo tiempo, palo y zanahoria ante el anuncio de Rato.

El palo lo dio el director de Urbanismo, Joan Solans, al afirmar que las medidas líberalizadoras pueden provocar una caída del valor del suelo que arrastre hacia abajo la "riqueza patrimonial de las empresas y las familias". Solans realizó esta afirmación en el curso de una reunión empresarial organizada por la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Barcelona, que fue clausurada por el secretario de Estado de Economía Cristóbal Montoro.

El Gobierno argumenta. que la nueva ley provocará un gran, aumento de oferta de suelo edificable y, por. tanto, una reducción de los precios de las viviendas y las naves industriales. Frente a ello, la Generalitat afirma que una rápida caída de los precios del suelo situado junto a zonas urbanizadas o industriales hará caer los valores patrimoniales de las familias instaladas en estas zonas y de las empresas en funcionamiento.

Algunos analistas añaden, además, que esta depreciación de los edificios en el caso de las empresas puede provocar una disminución del valor de muchas de ellas y, en algunos casos, provocar situaciones contables defiles. de superar. Para Solans, la política de urbanismo en España debería conseguir precisamente el efecto contrario a la gran depreciación anunciada por el Gobierno. "El. objetivo debería ser el de mantener el, valor de las zonas urbanas consolidadas, aunque haga mucho tiempo que hayan sido creadas".

El consejero Artur Mas se encargó de poner un contrapunto mas político -la zanahoria- con una alusión crítica sobre las consecuencias evitables de la nueva ley del suelo. Mas afirmó que "en las últimas semanas se están produciendo declaraciones públicas que pueden llevar a pensar que se eliminará cualquier tipo de control en la creación de suelo para vivienda, una especie de retorno a la selva, que de ninguna manera la Generalitat permitirá que se produzca".

Mas anunció que la Generalitat y CiU introducirán modificaciones en la ley en la línea de trabajo prevista en los pactos de gobernabilidad entre PP y CIU, y que ambos partidos comenzarán a debatir el proyecto después de Semana Santa.

En el sector inmobiliario, las dudas suscitadas por la nueva ley fueron apuntadas por promotor es como Nuñez y Navarro, Grupo Reyna, Habitat, Incosa y Valle-hermoso, entre otros. Las inmobiliarias consideran que un cambio de normativa introduce incertidumbres hasta el momento de la entrada en vigor del reglamento, lo que aplaza decisiones d e compra por los particulares hasta después de concluido el trámite parlamentario de la ley.

Pero, al mismo tiempo, los promotores están convencidos de que una reducción de los precios finales de la vivienda ampliará la rotación del negocio inmobiliario, hoy estancado precisamente por la escasa oferta de suelo urbanizable. Este corsé del suelo urbano, común en las grandes ciudades españolas, permite que los márgenes obtenidos por los promotores sean muchos mas altos que en el resto de países europeos. Las inmobiliarias aseguran que prefieren menores márgenes con más volumen de trabajo, como esperan con la nueva ley.

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