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El Gobierno de Albania dimite tras la muerte de nueve personas en la revuelta popular

Los habitantes de Valona, un desolado puerto del sur de Albania, dedicaron ayer parte del día a recordar a sus muertos. La madrugada había sido especialmente violenta para todos: nueve muertos, tres manifestantes y seis policías. Batallas campales en las puertas de la Universidad, apaleamiento hasta la muerte de agentes del Servicio de Información Nacional, el Shik, captura de su cuartel general, donde fueron robadas armas y municiones. El presiente albanés, Safi Berisha, aceptó anoche dimisión del Gobierno del primer miniso Aleksander Meksi.

Un comunicado presidencial señaló que Berisha ha pedido a Meksi que continúe al frente del Gobierno hasta que nombre a su sucesor, tras consultar con el resto de los partidos políticos. El presidente, en declaraciones a la televisión, declaró que su partido, el Partido Democrático, mayoritario en el Parlamento tras las controvertidas elecciones del año pasado, podría formar un nuevo Gabinete, pero que consultara con las fuerzas de oposición.Sin embargo, el Foro Democrático, liderado por el Partido Socialista (ex comunista) y formado por partidos conservadores y de izquierdas, rechazará previsiblemente esta opción, ya que ha pedido elecciones anticipadas o, en su defecto, un "Gobierno de expertos". En un comunicado el Foro acusó a Berisha de querer "confundir" a los albaneses con el cambio de Gabinete.

La crisis en el Gobierno albanés fue desencadenada, por los disturbios que tuvieron lugar en la madrugada del sábado en Valona, los más giraves desde que el pasado enero se desataron las protestas ciudadanas en todo el país por la, monumental estafa de cuatro entidades financieras toleradas por las autoridades.

La policía asegura que seis de sus hombres perecieron en la reyerta de Valona, cuatro por herida de bala. La tesis oficial fue repetida de forma machacona por la televisión pública. Sin embargo, los periodistas que visitaron el depósito de cadáveres de Valona, una ciudad portuaria de 80.000 habitantes, sólo encontraron cuatro cadáveres, tres de ellos de manifestantes, incluido un chico de 17 años.

Horas despúes del tiroteo, la gente se despertó asustada de nuevo. En la calle se oían ráfagas. Pero no era una nueva batalla; se trataba de jóvenes manifestantes que recorrían las calles portando las armas que acababan de robar en el asalto a la sede de la policía secreta. Algunos disparaban al aire, en señal de triunfo. Esta proliferación de armas en manos de los ciudadanos provocó otros cinco heridos de bala en la tarde de ayer.

En Luslinja (a medio camino entre Valona y la capital, Tirana), dos camiones repletos de antidisturbios fueron detenidos por manifestantes enfurecidos y obligados a bajar. Cuarenta de ellos fueron desarmados. En otras zonas hay cortes de carreteras y en Tirana la policía trataba de evitar que los estudiantes entraran en la Universidad para tomarla. El país vive sumido en un clima de insurrección civil.

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En Valona, los jóvenes armados llegaron a mediodía a la Universidad, donde se encuentran 42 estudiantes que llevan 11 días en huelga de hambre. Acudieron a brindarles su apoyo. Ellos fueron el origen indirecto de los gravísirnos incidentes de la madrugada anterior.

Cuando la policía fue a desalojarles por orden del Gobierno, miles de manifestantes atacaron a los agentes del servicio de información. Uno de ellos se salvó de milagro de morir apaleado. En los choques salieron a relucir algunas armas. El resultado fue de nueve muertos y un número no determinado de heridos. Al menos dos de los policías secretos que fueron perseguidos por las calles perecieron a palos. Después, embravecidos, los manifestantes se dirigieron en comandita a la sede del Shik y le prendieron fuego.

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