"ETA no se atreve a poner orden en sus filas y decretar una tregua"
No quiere entrar en polémicas partidistas y, mucho menos, con su propia formación (el PNV), con cuyos ideólogos ha discrepado en más de una ocasión. Juan María Atutxa, responsable desde 1991 de la lucha antiterrorista en Euskadi, afirma: "ETA tiene la agenda cubierta hasta el verano, lo que sin duda incluye atentados. Eso lo tiene perfectamente planificado". El pasado viernes, unas horas antes de que dos de sus ertzainas mantuvieran por error un tiroteo con guardias civiles en Bilbao, reiteraba su decisión de permanecer en Euskadi y volver a su puesto de empleado bancario en cuanto deje el cargo.Pregunta. Todo apunta a que el año 1997 va a ser duro y que ETA va a echar el resto. ¿Lo cree usted así?
R. Yo diría que no. ETA trata de mantener el nivel de amedrentamiento de la sociedad que ha tenido durante años. Unas veces mediante el secuestro -como puede ser con el de José Antonio Ortega Larapara quebrar el espinazo del Gobierno y otras ocasiones con asesinatos. Todo eso, complementado con las algaradas callejeras. ¿Significa eso que este año va a asesinar a más personas que en años precedentes? No puede predecirse.
P. ETA ha causado en los últimos dos meses más muertos que en todo 1996 y comparativamente hemos vuelto a 1992...
R. Sí. ¿A qué se debe? A que cuentan, que no siempre cuentan, con los comandos capaces de desarrollar estas acciones. El 16 El consejero Juan María Atutxa, el pasado viernes. de diciembre de 1995 desarticulamos al comando Araba antes de su primera acción y al de Galicia le pasó lo mismo. El desmantelamiento de un comando no supone que al día siguiente es repuesto por otro. ¡Ni muchísimo menos! Ahora hay un cúmulo de circunstancias que hacen posible que este país haya sufrido seis asesinatos recientes.
P. Usted suele decir que ETA tiene una larga fila de gente esperando alistarse. ¿Quiere decir que tiene una capacidad de regeneración ad eternum?
R. Tiene chavales dispuestos a empuñar una pistola, pero sin ningún tipo de preparación o cualificación. Este es un largo proceso, que no se hace de la noche a la mañana y, además, hay que tener en cuenta los riesgos que supone para la organización, puesto que cuantos más chavales haya, más capacidad tendremos nosotros para detenerlos.
P. ETA y su entorno están dearrollando la ponencia que bautizaron como Cintura política, consistente en una mayor flexibilidad. ¿Esto explicaría la integración de HB y grupos afines en el Parlamento vasco y otras instituciones?
R. Desgraciadamente, en ese mundo no han sido capaces de digerir que los ideales políticos deben defenderse en los foros institucionales. Y su mayor o menor presencia en el Parlamento es en función de que ellos vean mayor o menor necesidad utilización para sus propios fines. Es un trampa. Es un abuso las instituciones de cara a la galería.
P. Quizás HB y su entorno hayan visto que es imposible mantener permanentemente la tensión entre sus militantes y el desgaste que eso supone...
R. Ellos también tienen reacciones internas. No me cansaré de repetir que la última pseudotregua de una semana que dio ETA era más para consumo interno que para mostrar una voluntad inequívoca de estar dispuestos a la negociación. Eso o su presencia en las instituciones lo hacen de cara a su propia parroquia.
P. ¿La dirección de ETA es hoy un bloque monolítico?
R No hay grandes fisuras en la cúpula. Pero no olvidemos que hay dos cúpulas: la ejecutiva, que está sin duda en Francia, y la estratégica, que es la cúpula de KAS, que está en España.
P. ¿No cree que HB está poco movilizada ante el encarcelamiento de parte de su dirección?
R. No, sólo están dosificando la publicidad. En el futuro, irán pagando las fianzas, individualizadarnente, para que cada apresado salga en libertad condicional y pueda hacerse la explotación propagandística.
P. El Gobierno exige que ETA deje las armas como condición para negociar, pero ETA y su entorno esgrimen que de qué va a negociar después de abandonar su actividad. ¿Qué piensa.
R. Quien debe tratar esto es el Pacto de Ajuria, Enea. No obstante, yo entiendo que mediante una tregua larga -no de una semana- que hiciera creíble su buena vo7luntad, la Mesa de Ajuria Enea valoraría muy positivamente esa voluntad para que se llegara a ese hipotético diálogo final. Pero en la actual situación, difícilmente puede nadie pensar que esta gente tiene el más mínimo atisbo de voluntad de dialogar.
P. ¿Entonces ETA tendría que decretar una tregua de meses?
R. Sí, una tregua seria. Una tregua de una semana es de risa,que sólo sirve para demostrar a su gente que el enemigo no es capaz de sentarse con ellos y que deben seguir matando.
P. ¿Hay en ETA alguien capaz de ordenar esa tregua?
R. Dudo que en este momento se atreva a dar el paso definitivo de anunciar una tregua y mostrar esa voluntad inequívoca de llegar a un final dialogado. Entre otras razones porque la autoridad existente en ETA no está suficientemente capacitada para poner orden en sus propias filas. Me explico: si hoy se sentara el entorno de ETA frente a quien puede negociar ese final dialogado y se suscribiese un documento, me temo que quien suscribiese ese documento en nombre de ETA fuese incapaz de hacerlo cumplir en sus propias filas.
P. ETA, sin embargo, mantiene que su interlocutor oficial ante el Gobierno es Eugenio Etxeveste, Antxon.
R. Sí. Antxon sigue en la reserva. Fue un acierto de Margarita Robles [anterior viceministra de Interior] dejar que, quien quisiera, pudiese visitarle en Santo Domingo. Ahora nadie quiere ir a verle. Me parece lícito qué pretendan hacer ver que es el interlocutor oficial y, llegado el momento hipotético del diálogo final, ellos decidirán quién está en la mesa por su lado.
P. ¿A qué se debe el poco éxito policial en la desarticulación de la red de financiación etarra?
R. Con la desarticulación, hace unos años, de dos comandos de recaudación del chantaje conseguimos alcanzar la línea de flotación de ETA. Ahora, muchos de los que reciben la carta del impuesto revolucionario la entregan inmediatamente a la Ertzaintza. Otros intentan conectar con el entorno de ETA para ver cómo hacer el pago. ¡Y nadie de los que lo ha intentado ha conseguido conectar! Eso supone que han tenido que decrecer notablemente los ingresos. Lo cual no supone que siga habiendo voluntarios para pagar. Lo cual no supone que, en algunos casos, la inserción de publicidad en el diario Egin no sea algún pago indirecto del impuesto. O que consiga otros ingresos a través de participaciones en empresas.
P. ¿Tiene empresas tapadera en Euskadi?
R. Pudiera ser. Detrás de algunas empresas de representación pudiera estar ETA. En mi opinión, el estado de sus finanzas es malo. Pero hay que aclarar que cada vez que se detiene a un comando, se le coge dinero. ¿Eso supone que anden bien económicamente? ¡No! Lo que ocurre es que, como en cualquier economía doméstica o empresarial, en el entorno de ETA se priorizan las cosas y para ETA y sus comandos sigue habiendo dinero.
P. ¿Cuál es la situación de la batalla contra el terrorismo?
R. Estamos mal, pero no estamos peor. La reacción de la sociedad vasca no es hoy la misma que hace 10 años. ETA asesinaba antes a 123 personas, que no es igual que asesinar a cinco. Antes había un cúmulo de comandos por ahí y hoy no.
P. Hoy hay desórdenes e incidentes callejeros constantes...
R. Los años 80 también fueron de verdadero desorden en Bilbao y San Sebastián ¿Qué ocurre? Que eso se olvida y es bueno que se olvide. Por eso digo que estamos mal, pero que no estamos peor. Además, hemos comprobado que el último mes han disminuido las algaradas.
P. ¿Ha dado ETA la orden de rebajar el nivel de lucha callejera?
R. No. Lo que pasa es que ha descendido un par de enteros el ardor guerrero de los que ejercen la algarada. A nadie le gusta estar en la cárcel o recibir los reproches de los comerciantes y hosteleros porque les, espantan a los clientes. Además, puede que a ETA se le haya ido de las manos el control de los sabotajes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.