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Al menos 100 muertos en varios terremotos en Irán

Un violento terremoto mató ayer al menos a 100 personas y provocó alrededor de 250 heridos en la región de Ardébil, al noroeste del Irán, donde se registró el peor de los seísmos que sacudieron el país. Cuarenta pueblos de la zona, que comparte frontera con Azerbaiyán, fueron destruidos, además de la capital de Ardébil, que sufrió importantes daños. El terremoto, que ocurrió sobre las 4.30 de la tarde (1.30, hora de Madrid), provocó el caos y el pánico en la nevada y montañosa región.Tres minutos antes, otra sacudida se registró en la ciudad occidental de Sanandaj, una capital de provincia en una región mayoritariamente kurda. También hubo temblores fuertes en Gilan, una provincia del norte bañada por las aguas del mar Caspio. No es la primera durante lo que va de ano que Irán se ve sacudido por terremotos. A principios de este mes, un sismo en la región de Bojnourd, en el noreste del país, se cobró la vida a 79 personas y dejó a cerca de 25.000 personas sin hogar.

La tierra también se movió ayer en Pakistán. El terremoto que sacudió la provincia de Baluchistán, al suroeste del país, provocó la muerte de al menos 50 personas. La cifra de fallecidos podría ser algo mayor, ya que aún no se habían recibido datos de algunos pueblos afectados en las zonas montañosas colindantes. Miles de personas perdieron su hogar. El terremoto despertó a los habitantes de Quetta, la capital de la provincia, con un fuerte seísmo a las dos de la mañana. Otra sacudida se produjo a los 20 minutos, y temblores de menor intensidad continuaron durante dos horas, según relataron los testigos.

"Creí que había llegado el día maldito y que el inundo se iba a terminar", contaba Feroza Begum, una maestra de escuela de Quetta. Las principales víctimas se registraron en tres aldeas cercanas al pueblo de Harnai, a unos 100 kilómetros al este de Quetta, donde al menos 36 personas muerieron y 30 resultaron heridas. Las tres localidades quedaron destruidas. Tres personas murieron en Quetta y cinco en el pueblo de Sibi, al sureste.

El presidente paquistaní, Faruq Leghari, acudió ayer a visitar las zonas afectadas, pero su avión no pudo aterrizar en Quetta debido a los fuertes vientos, por lo que fue desviado a Dera Zhazi Jan, su pueblo natal, en la vecina provincia de Punjab. Responsables de la seguridad en Sibi indicaron que habían sido enviadas tropas a Harnai, donde es difícil acceder por carretera, para ayudar en las tareas de rescate.

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