La profesionalización del Ejército requiere más de 80.000 aspirantes a soldado al año
La preocupación del Ministerio de Defensa por la falta de conciencia de defensa de los españoles no es meramente filosófica, sino eminentemente práctica. La profesionalización de las Fuerzas Armadas requiere un aumento del gasto militar que, en tiempos de ajuste como los actuales, será muy difícil sin el respaldo de la opinión pública.
Pero, además, la supresión de la mili obligará a los ejércitos a acudir al mercado para reclutar mano de obra en condiciones de competencia con otros empleos similares, como guardia civil, policía nacional, autonómico y local o agente jurado.
Según el documento sobre Profesionalización de las Fuerzas Armadas remitido por Defensa al Congreso, una vez implantado el nuevo modelo, habrá que reclutar entre 16.000 y 20.000 soldados cada año. Los expertos consideran que, para que se produzca una buena selección, hay que contar con seis candidatos por plaza, lo que supone entre 96.000 y 120.000 solicitantes.
En las convocatorias para tropa profesional celebradas entre 1992 y 1995, el número de aspirantes por plaza ha sido bastante inferior: de 4,8. Mantener al menos este nivel requeriría entre 76.800 y 96.000.
Se parte, en teoría, de una media anual de 35.000 aspirantes. Pero la cifra resulta engañosa pues al realizarse varias convocatorias al año, en torno al 25% son repetidores y, además, casi el 20% de los solicitantes no se presentan a las pruebas. Si a ello se añade que el número de jóvenes en edad militar se reducirá en más del 20% en los próximos seis años, por la caída de la natalidad, se entiende la preocupación de Defensa.
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