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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Males de la altura

Soy un ciudadano que mide 1,85 metros. No es una estatura exagerada con la cual podría tener algún éxito exhibiéndome en un circo, pese a lo cual me siento parte de una minoría perseguida en este país de señores bajitos y con bigotes (véase el arquetipo nacional que reside en La Moncloa). Y, como tal, arrastro, estoico y silencioso, un sufrimiento que hoy he resuelto expresar.En los asientos de los transportes públicos no caben mis piernas, porque están hechos por señores bajitos que piensan que el mundo está lleno sólo de otros señores como ellos. Para conducir coches medianos y pequeños tengo que abrir mis extremidades como si fuese un guitarrista en concierto para que mis rodillas no choquen contra el salpicadero. Las chaquetas de confección me quedan como chaquetillas andaluzas, pero con la estrechez de la cintura a la altura de mis tetillas, pues los patrones con las que se cortan son obra de quienes creen que un varón adulto nunca pasa del 1,70 y que las tallas sólo deben aumentar a lo ancho.

La compra de zapatos me demanda muchos días de búsqueda, porque tropiezo siempre con el "no tenemos número para su pie". Pies que, por otra parte, siempre cuelgan en el aire en la mayoría de las camas fabricadas por y para señores breves. Para más inri, los diseñadores de Roca también hacen los sanitarios como de casa de muñecas, sólo para señores de cortos miembros y menguados huesos obligando a quienes no encajan en sus minimedidas a practicar un involuntario funambulismo.

Pertenezco, pues, al único colectivo de minusválidos sociales a los cuales no se les protege de las molestas consecuencias de las visiones egocéntricas de la especie humana que practican los señores bajitos y con bigotes de este país, ni se les reconocen sus derechos específicos.

En un tiempo esperé con ansiedad que nuestro augusto Monarca -que no es bajito ni gasta bigote- haría algo a favor de una minoría a la que también pertenece. Pero me temo que él, lo mismo que su hijo y heredero no viaja en transportes públicos: usa ropa cortada por buenos sastres y, seguramente, utiliza sanitarios importados de la Europa del norte.

Cada vez creo con más firmeza que la única solución para mí, en este mundo de piernicortos, es conseguirme un Procusto que me acomode a sus mezquinos estándares.-

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