"Da miedo perder la carga"
Decenas de camioneros se escudan en la policía para entrar en Mercamadrid
, En los 25 años que lleva al volante de su camión, Maximino Peñalba, de 57 años, nunca había viajado tan protegido como lo hizo el pasado jueves. A media mañana, salió de Pasajes de San Pedro, en Guipúzcoa, con un cargamento de pescado, escoltado por la Ertzaintza primero. En el camino hacia Madrid le esperaban agentes de la Guardia Civil, que poco antes de entrar, en la capital lo entregaron a manos de la Policía. En la puerta del mercado, esperaba me dio centenar de piquetes de huelga.Ante él miedo a los piquetes, decenas de transportistas depositaron su mercancía en Mercamadrid fuertemente escoltados. "Menos mal que hemos venido así. He visto a compañeros que los han sacado a descampados y no han podido descargar. Da miedo perder la carga y el pellejo", contaba Peñalba en la madrugada del viernes, una vez hubo entregado la mercancía en el mercado central de Madrid. Allí aguardaban los descargadores, la mayoría se quejaba de que las horas pasaban y no había ni una "maldita" caja que echarse a la espalda.
Los de la fruta mataban la espera y el frío ante una fogata. Los del pescado preferían una partida de cartas al calor de la cantina. Uno de ellos, Juan Sánchez, de 30 anos, comentaba con más resignación que pena: "Esto de la huelga nos está hundiendo. Nos pasamos el día parados y perdemos dinero. Cada noche nos sacamos unas 14.000 pesetas y yo llevo tres días sin echarme nada al bolsillo". En la partida de cartas de los descargadores, había un transportista granadino, Miguel de 47 años, que tras entregar su cargamento de pimientos y hortalizas, prefería esperar a que amainara la tempestad en la carretera. Hacía dos días que no pisaba otro suelo que las naves de Mercamadrid. "Prefiero quedarme aquí seguro que andar por la carretera a tiro, para que me pase algo. Quita, quita, que si te ven por ahí se quedan con el nombre de tu camión y luego te pasan factura", aseguraba.
En las mesas de al lado y en silencio, cenaban media docena de transportistas. "Esto suele estar abarrotado, pero esta madrugada, está matado...", comentaban dos conductores valencianos. Frente a un café y un cruasán, el empleado de un puesto de pescado, José Antonio Cobo, hacía números. Acababa de recibir, después de dos días sin conseguir mercancía, un cargamento de pescado de Galicia. "Cuando he visto el camión he respirado, porque pensaba que no llegaría. Con esta huelga corremos bastantes riesgos, porque el pescado que llegue en los próximos días costará venderlo", explicaba.
El viernes, según Mercamadrid, entraron un total de 581 camiones, 108 más que el día anterior, y el doble de mercancía, 3.493 toneladas. La entrada normal es de 5.000 toneladas y por encima de 700 camiones.
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