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PARO EN LAS CARRETERAS

"No podemos parar el barco"

La pesca se deprecia en los puertos gallegos porque no hay forma de hacerla llegar a los mercados

, Los armadores gallegos con barcos en los caladeros del Gran Sol están alargando las mareas con la esperanza de que puedan regresar a puerto una vez haya concluido el conflicto de los transportistas. Eso, no obstante, tiene un límite. "No se puede estirar más allá de unos días", señala Severino Ares, que ayer recibía en La Coruña a su pesquero, Grampian Avenger, procedente de aquellos caladeros con unos 15.000 kilos de pescado.

Severino Ares confiesa su estado de perplejidad, próximo a la desesperación "por un problema que nos afecta de lleno sin comerlo ni beberlo". La marea del Grampian Avenger, que en circunstancias normales podría cotizarse por unos siete millones de pesetas, "tal vez podamos venderla mañana [por hoy], con suerte, por el 30 o el 40% de su valor".

"No podemos parar el barco", añade. "La marea, a lo sumo, puede aguantar en las bodegas uno o dos días, porque el barco empezó a faenar hace dos semanas y el pescado ya ha acumulado dos días más de ruta". Los perjuicios económicos no se limitan a los que padezca el armador, ya que entre el 30% y el 40% del valor bruto de la marea se convierte directamente en salario de los tripulantes.

Cualquiera que sea la cotización que hoy alcancen las capturas de ese pesquero, Severino Ares las venderá "porque no podemos mantener paralizada la unidad de producción", insiste. "Contamos con la buena voluntad de los exportadores para que compren, aunque nos consta que ya tienen sus cámaras de frío rebosando. Pero el barco ha de volver a los caladeros".

No entra a valorar a quién orresponden las responsabilidades del conflicto, para el que tampoco se le ocurren soluciones que proponer. "Se nos escapa absolutamente de las manos, no tenemos nada que hacer", afirma.

Ares, como otros muchos armadores de la costa gallega, no alcanza a atisbar una solución que les permita mantener el valor de su trabajo y el de sus patrones y pescadores. "SI todo el pescado fuera para Madrid, podríamos estudiar la posibilidad de transportarlo por avión. Pero no es así" explica. "Dependemos de muchos mercados y realmente no sabemos cómo reaccionar. Si esto continúa, me temo que esta huelga pueda acabar en un conflicto social sin precedentes", concluye.

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