La Comunidad expedienta a un torero que mató dos reses por orden municipal

Francisco Marín, torero, se ha metido en un buen lío por hacer su trabajo. La Consejería de Presidencia de la Comunidad de Madrid le ha abierto un expediente sancionador, que conlleva una multa que puede alcanzar los 3,3 millones de pesetas, por matar dos toros por orden del alcalde de Corpa, Florencio Plaza, del PSOE, durante una suelta de reses. "Yo le dije: "O los matas, o nos matan [la afición]", reconoce el regidor.

, Los hechos se remontan al pasado 22 de septiembre. Ese día, el Ayuntamiento de Corpa (384 habitantes) organizó una suelta de reses en la plaza. Según el nuevo reglamento taurino, los animales no pueden ser matados en dicho recinto, sino que deben ser conducidos a los toriles para acabar allí con ellos. En el expediente de la Consejería de Presidencia se señala que las reses fueron maltratadas y "sacrificadas en presencia del público".Sin embargo, esta norma choca con las tradiciones taurinas de Corpa. "Aquí siempre hemos matado a los toros, tras la suelta, en la plaza", dice el alcalde. "Yo, como sabía que esto nos podía provocar problemas, intenté convencer al pueblo de que había que cumplir la ley. Los vecinos, se lo digo en serio, se amotinaron. Estuvimos a punto de sufrir una auténtica revuelta popular. Entonces, ante el cariz que tomaban los hechos, le dije a Marín [el torero] que los matase. Es completamente injusto lo que quieren hacer con este hombre. El nuevo reglamento no tiene en cuenta las tradiciones de los pueblos. Tal y como, está redactado, no vale. Hemos pedido que se cambie".

Un buen matador

El alcalde de Corpa dejó ayer una pregunta en el aire: "Si aquí le quieren meter al torero tres millones de multa por matar dos toros, ya me dirán que le va a pasar con lo que hizo en Villalbilla [3.600 habitantes]. Allí mató, según la tradición de la zona, ocho". Florencio Plaza quiso también ayer mostrar su apoyo al torero: "¡Qué barbaridad lo de la multa! Si es un buen torero. A ver qué podemos hacer por él".El reglamento taurino también ha provocado una curiosa situación en Chinchón, (3.900 habitantes). En este pueblo, según se señala en el expediente sancionador, el pasado 12 de agosto, la cuadrilla del torero El Jerezano estaba a punto de dar la puntilla al quinto toro de la tarde. Es tradición en algunos pueblos que, tras la muerte del animal, los aficionados salten a la plaza para recoger las banderillas que la bestia ha perdido en su agonía. Esto fue lo que hizo Juan Carlos M., vecino de Chinchón. Pero se equivocó por unos segundos: el toro aún no había dado el último suspiro, por lo que fue retenido por la cuadrilla del matador. La Guardia Civil tomó nota de lo sucedido.

La Consejería de Presidencia, que dirige Jesús Pedroche, le ha abierto un expediente sancionador por falta grave. La multa mínima que se le puede imponer es de 12.500 pesetas; la máxima, cinco millones. Además de estos dos expedientes, Presidencia tramita otros 38 contra Ayuntamientos por maltrato de animales. Las sanciones a las que los municipios tendrán que hacer frente pueden superar los ocho millones de pesetas.

En una reunión celebrada la pasada semana en la Consejería de Economía, y a la que asistieron los miembros del Consejo de Protección Animal (órgano en el que participan representantes de Economía, grupos políticos, fuerzas del Orden Público y asociaciones de defensa de los animales) se acordó mostrar "un total apoyo" a Luis Mallo, director de Protección Ciudadana y responsable de la tramitación de los expedientes. "Es la primera vez que la Comunidad pone las cosas en su sitio y se defiende el derecho de los animales a un trato digno. Hay que mostrar mano dura", dijeron las fuentes consultadas. Pero los 38 alcaldes expedientados no piensan igual.