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Incendiada la sede del partido gobernante en un clima de revuelta en una ciudad de Albania

Hasta 20.000 personas siguieron en la ciudad albanesa de Valona el cortejo fúnebre de un manifestante antigubernamental muerto por bala el lunes. Mientras, en Tirana, el Parlamento, dominado por el conservador Partido Democrático con casi el 90% de los escaños, renunció a imponer el estado de excepción en la ciudad portuaria, donde ayer fue incendiada la sede del partido gobernante y las protestas por la quiebra fraudulenta de sociedades de ahorro que han arruinado a decenas de miles de albaneses pobres han adquirido mayor fuerza durante la última semana.

, Artur Rustemi, de 33 años, es una de las tres personas muertas (las otras dos, por crisis cardiacas) en dos días de violentos enfrentamientos en este puerto adriático entre la policía y los manifestantes, que culpan al Gobierno del presidente Sali Berisha por la pérdida de su dinero en el desplome de estos pseudobancos de inversiones piramidales que prometían grandes intereses mensuales.En las calles de la ciudad portuaria, sin ninguna presencia policial, el féretro abierto de Rustemi iba precedido por tres banderas albanesas a media asta. Por la mañana, un grupo de manifestantes pegó fuego a la sede del gobernante Partido Democrático, sin que interviniesen los bomberos. El lunes, un grupo de policías antidisturbios fue desnudado por la multitud, que arrojó al fuego sus uniformes y pertenencias. Ayer, la comisaría y la prefectura de policía habían sido evacuadas discretamente por los funcionarios de orden público. Valona es la capital de la droga y el puerto desde el que se organiza el tráfico de emigrantes a Italia.

Italia exploraba ayer la posibilidad de incrementar, a través de la Unión Europea, la ayuda a Albania, el país más pobre de Europa y que ya vive en buena parte de las donaciones exteriores y de las remesas de su medio millón de emigrantes, la sexta parte de su población.

El presidente Berisha y su primer ministro, Alexander Meksi, culpan a un "compló de extremistas de izquierda" de los disturbios de Valona, una ciudad de unos 100.000 habitantes a 180 kilómetros al sur de Tirana. Sin embargo, consideran que imponer el estado de excepción sólo serviría para desatar nuevas protestas. Los manifestantes de Valona, a los que el colapso del banco Gjallica ha dejado con lo puesto, coreaban ayer "¡Berisha, ladrón!". En la capital, poco más de 150 personas iniciaron una tímida manifestación a los gritos de "¡Valona, Valona!", que fue inmediatamente disuelta.

La oposición al régimen de Berisha, agrupada desde la semana pasada en una organización denominada Foro por la Democracia, ha pedido a los vecinos de la capital que cierren cada día durante dos horas tiendas y escuelas. Durante dos fines de semana consecutivos las fuerzas antidisturbios han impedido las manifestaciones convocadas en la capital albanesa por el principal partido opositor, los socialistas (ex comunistas) del encarcelado Fatos Nano.

El partido del autoritario Berisha, un ex cardiólogo, se hizo con el poder en Albania en unas elecciones generales fraudulentas, en mayo pasado, boicoteadas por la oposición y que acabaron siendo bendecidas por la OSCE.

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