El Parlamento serbio, fiel a Milosevic, admite la victoria de la oposición en las 14 ciudades
El Parlamento serbio reconoció ayer, con casi tres meses de retraso, la victoria de la oposición en 14 ciudades tras las elecciones municipales. El proyecto, presentado por el presidente Slobodan Milosevic, contó con el apoyo de 128 diputados, una abstención y un voto en contra (de los 250). El Partido Radical, ultranacionalista, pese a sus críticas, votó afirmativamente. La oposición, la coalición Unidos, no acudió. Se introdujeron nueve enmiendas, entre ellas la que reconoce la victoria opositoria en Nuevo Belgrado, que no estaba en la lista de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa.
, A pesar de esta decisión, producto de la presión de la calle y de la comunidad internacional, Zajedno (Unidos) está convencida de que detrás del reconocimiento de su victoria se esconde alguna argucia legal o política. Así lo denunció ayer ante sus seguidores Zoran Djindjic, futuro alcalde de Belgrado. La oposición advirtió anoche que proseguirá sus manifestaciones callejeras hasta que se hayan constituido las nuevas corporaciones locales.Hay algunos síntomas preocupantes que abundan en este temor. El primer ministro serbio, Mirko Marjanovic, que ha sido confirmado en el cargo pese a los rumores que le situaban fuera del Gabinete, acusó ayer a la oposición de emplear métodos no democráticos y de haber manchado la reputación de Serbia en el mundo. "Insatisfecha por su contundente derrota en las elecciones locales y al Parlamento federal, la coalición Zajedno organizó manifestaciones con el objetivo de conquistar el poder de forma violenta", aseguró desde la tribuna de oradores.
La misma composición del nuevo Ejecutivo no permite albergar demasiadas esperanzas sobre un giro copernicano del presidente Slobodan Milosevic. Ha creado un Ministerio de Privatizaciones, en el que ha colocado al empresario Milan Beko, ha echado al viceprimer ministro Slobodan Babic junto a otros seis ministros, ha suprimido tres carteras y ha nombrado a Radmila Milentijevic, una halcón fiel al presidente, responsable del importante Ministerio de Información, que se encontraba vacante.
La elección de Milentijevic no es un buen augurio. Uno de los puntos en los que hizo hincapié el llamado informe González [por ser redactado por el ex presidente del Gobierno español] de la OSCE era, precisamente, el de la liberalización de los medios de comunicación, bajo férreo control informativo. La oposición ya ha aceptado suprimir este punto de su lista de exigencias previas y dejarlo para una futura negociación con el Gobierno. La presencia de Milentijevic representa un adelanto de cuáles son las intenciones del régimen.
Mientras, la presión de la calle no cede. Más de 20.000 estudiantes, que son los que conducen la protesta más imaginativa, ocuparon ayer una de las calles adyacentes al Parlamento. Uno de los carteles decía: "Menos lex, más sex" (Menos ley, más sexo). También se hicieron acompañar de un modelo de cerebro humano con la esperanza, sin duda, de que éste ayude a los diputados a tomar la decisión. Estos jóvenes exigen, además del reconocimiento de los verdaderos resultados de las elecciones municipales, la destitución del rector y del vicerrector (que es un estudiante) como condiciones mínimas para regresar a las clases tras tres meses de huelga.
Entretanto, el Buró Internacional de la Paz (BIP), con sede en Ginebra, ha propuesto la concesión del próximo Premio Nobel de la Paz a Vesna Pesic, una de los líderes de Zajedno que ha mantenido una posición más coherente en los últimos años. Pesic va acompañada en la propuesta por el alcalde musulmán de la ciudad bosnia de Tuzla, Selim Beslgic, el único de una ciudad de Bosnia-Herzegovina que no pertenece al partido de Alia Izetbegovic, y de Vesna Terselic, una activista croata de los derechos humanos.
Según Colin Arsher, secretario general del BIP, los tres representan "los esfuerzos por crear una sociedad civil tras la desmembración de Yugoslavia y han sido nominados por su oposición al nacionalismo y a la guerra".
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