El presidente del Gobierno dice a ETA que pierda toda esperanza de negociar

El presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró ayer que no habrá ninguna negociación del Ejecutivo con ETA ni los terroristas conseguirán sus objetivos. Aznar aprovechó su presencia en el Congreso para, ante la última cadena de atentados, enviar un mensaje de firmeza a la sociedad, en el que destacó la continuidad de la actual política antiterrorista y vaticinó que habrá días aún más duros.

, Aznar no se había pronunciado públicamente sobre la última campaña de atentados terroristas, la más sangrienta desde que el PP gobierna. No lo hizo el lunes con la oportunidad que le prestaba su encuentro con el lehendakari José Antonio Ardanza en La Moncloa. Quizás para evitar que aflorasen en público las discrepancias sobre la manera de entender el proceso de pacificación vasco.Ayer admitió que ETA ha echado un pulso al Gobierno y al resto de las instituciones y ratificó la actual política antiterrorista del Ejecutivo para disipar cualquier recelo tras el encuentro mantenido la víspera con Ardanza, en la que éste le planteó la posibilidad de un giro en dicha política.

Aznar aclaró que lo que le dijo al lehendakari fue lo mismo que estaba diciendo en ese momento ante los periodistas. "La respuesta del Gobierno está siendo y es de serenidad y firmeza ante una minoría violenta que no va a conseguir sus objetivos ante la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles".

Cuando se le preguntó por qué no aprovechó la oportunidad del encuentro con el lehendakari para hacer una declaración, Aznar respondió que la política del Gobierno no depende de una tarde". "Una declaración no es importante cuando se hace sino cuando se constata que la política antiterrorista se mantiene", añadió.

El presidente del Gobierno dirigió un doble mensaje: a la sociedad y a los propios terroristas. A éstos les dijo que perdieran "cualquier tipo de esperanza" de conseguir sus objetivos y de negociar. A las instituciones les pidió "responsabilidad" y a la sociedad le solicitó "unidad y firmeza".

Insistió mucho en que su Gobierno garantizaba el cumplimiento de la ley y de la política antiterrorista actual del Gobierno, con el rechazo explícito al diálogo o negociación con ETA. Huyó del optimismo. "La lucha antiterrorista es dura. No nos dejamos llevar por el optimismo cuando tenemos éxitos. Posiblemente habrá días más duros. Tenemos que aceptarlo. No va a ser fácil".

También negó que hubiera crispación política en España o, al menos, no se hizo responsable de ella. "No hay más crispación que la que algunos se inventan. Puede haber gente interesada en ello para conseguir algunos objetivos", dijo sin precisar a quién se refería.

Tampoco fue claro Aznar al referirse a "intentos externos e internos para mover la barca y desestabilizar la economía de España". "Me preocupa que esas actitudes puedan tener algún eco en España. Esto se ha producido una vez y espero que no vuelva a suceder", señaló. A renglón seguido, vaticinó que los datos económicos que se avecinan van a ser muy positivos.