La escalera hacia París

, El Frente Nacional (FN) ya dirige tres ciudades, entre ellas Toulon, sede de la mayor base militar francesa. Pero Vitrolles es un caso aparte, porque aquí el candidato (oficioso pero indudable) es Bruno Mégret, máximo ideólogo, número dos del partido y delfin de Jean-Marie Le Pen. Mégret, licenciado en la prestigiosa Escuela Politécnica y ex gaullista, es, además de un extraordinario organizador y propagandista, un hombre de la ultraderecha pura, ideológicamente más conectado con el nazismo que con el tradicionalismo, y desea convertir Vitrolles en el mejor escaparate de la política municipal del FN.

En las ciudades que controlan, los ultraderechistas se fijan objetivos modestos pero vistosos: reducción de la delincuencia y disminución del gasto público. Es lo más que puede realizar un alcalde, y la población suele agradecerlo.

La estrategia consiste en hacer del FN una alternativa aparentemente sensata para los franceses atemorizados por el desempleo, el crimen y la alta inmigración, y utilizar los ayuntamientos como escalera hacia París. Si gana, Mégret no se quedará en Vitrolles. Volverá a su despacho del partido. Ni siquiera su mujer, alcaldesa oficial, ejercerá el mando. Será un adjunto, Hubert Fayard, quien aplicará sobre el terreno las instrucciones de la sede central parisiense.