Una explicación desafortunada
Me sorprende que Pérez Sánchez califique de "desafortunado" mi comentario del 26 de enero a propósito de la adquisición por parte del Museo del Prado del cuadro Vuelo de brujos, de Goya, cuando luego en su carta ratifica todo lo que escribí al respecto. En primer lugar, coincide conmigo en considerar feliz dicha incorporación al Prado, pero también se resiente conmigo de que no hubiera sido adquirido cuando se subastó en 1985, si bien en este punto, ante mi protesta de que los responsables de entonces no lo hicieran, lo cual ha costado al contribuyente una penalización de 200 millones, Pérez Sánchez se identifica como uno de los tales, descargando, no obstante, la culpa en el Ministerio de Cultura. A continuación, Pérez Sánchez achaca la desafortunada decisión de no haberse comprado el cuadro en 1985 a la no existencia de fondos para ello. Ahora bien, lo que me parece, no digo ya que poco razonable, sino hasta un tanto delirante, es la explicación complementaria que añade Pérez Sánchez; a saber: que no había los 72 millones necesarios por culpa de tener que pagarse los plazos acordados para la instalación del Museo Thyssen-Bornemisza, "con la entusiasta aprobación", escribe Pérez Sánchez, "de Calvo Serraller". ¡Fantástico! O sea, que, en definitiva, Vuelo de brujos no se compró en 1985 por culpa del Museo Thyssen-Bornemisza y del entusiasta Calvo Serraller. Es verdad que soy un entusiasta nato, pero no hasta el punto de que no me parezca desafortunada esta explicación no pedida de Pérez Sánchez acerca de por qué no se compró lo que él mismo reconoce que se debió comprar cuando era el responsable de hacerlo.-
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