Traslado de presos

CUATRO PRESOS de ETA serán trasladados en los próximos días a cárceles del País Vasco y otro más a la de Burgos como parte del plan de acercamiento paulatino y de acuerdo con criterios individualizados enunciado por el Ministerio del Interior en junio pasado. El plan trata de hacer compatible el objetivo de evitar los riesgos de la concentración de los reclusos en unas pocas prisiones con el deseo de no agravar el dolor de sus familiares mediante dificultades adicionales -por la distancia- para visitarlos. Ambos criterios, y no sólo uno de ellos, han de ser tomados en consideración para ser coherentes con el mandato constitucional de favorecer la reinserción de los reclusos.La ley recomienda que los presos estén, "en la medida de lo posible", cerca de sus hogares para "evitar el desarraigo social", pero también que el tratamiento sea individualizado" y que los presos sean destinados al "establecimiento cuyo régimen sea más adecuado" para favorecer su reinserción. Evitar la presión de los comisarios políticos de ETA sobre sus presos es, así pues, un criterio no sólo moral, sino legal. Por otra parte, la capacidad de las cárceles del País Vasco es de 1.221 plazas, y el número de reclusos vascos (de ETA y comunes) se eleva a 2.229. La propuesta de aplicar el acercamiento sólo a los presos de ETA sería contradictoria con cualquier idea de derechos humanos. Y lo mismo la ocurrencia -adelantada por algunos adalides de esos derechos según a quien afecten- de hacer hueco a los etarras llevando a cárceles del sur -sin contar con su opinión- a los 293 extranjeros, en su mayoría norteafricanos, que hay actualmente en las cárceles de Euskadi. Frente a esas incoherencias, la actitud de Interior está siendo en este asunto prudente y sensata.