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VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCO

Herida grave una funcionaria en el asalto con "cócteles mólotov" al juzgado de paz de Rentería

Aurora Intxausti

El juzgado de paz de Rentería (Guipúzcoa volvió ayer a ser atacado, en esta ocasión por 12 encapuchados que lanzaron dos cócteles mólotov en el interior del edificio, en el que entraron tras llamar a la puerta y obligar a cuatro funcionarios a salir a la calle. De nada sirvió que éstos advirtieran a los asaltantes de que, dentro del baño, estaba la secretaria del juzgado, Begoña Landa Zeraín, de 51 años. Cuando esta mujer salió del aseo, se encontró con una columna de llamas que tuvo que atravesar hasta llegar a una terraza. Sufrió quemaduras graves en la cara, las manos y la pierna izquierda. El juzgado ha sido atacado en varias ocasiones, la última el año pasado, cuando se lanzaron artefactos incendiarios a través de las ventanas.

, Faltaban pocos minutos para las dos de la tarde, cuando, según la Ertzaintza, 12 jóvenes con el rostro oculto llegaron al juzgado de paz, situado en el número 4 de la calle de Xempelar. Tras llamar al timbre y conseguir que una funcionaria les franquease la entrada, obligaron a abandonar el local a cuatro funcionarios, ya que el juez se hallaba ausente. "¡Que salga todo el mundo!", gritar lo asaltantes.Antes de cumplir la orden, los empleados se dieron cuenta e que faltaba su compañera Begoña Landa, que estaba dentro del aseo. "Les dijimos que faltaba una persona y que no echasen nada, pero no nos hicieron caso y lanzaron algo que provocó un incendio", relató uno de los funcionarios.

Los saboteadores lanzaron dos cócteles mólotov en uno de los despachos y rociaron con gasolina el local, de unos 140 metros de superficie. Cuando Begoña Landa salió del aseo vio que todo estaba en llamas. Según el alcalde, Miguel Buen Lacambra, atravesó el fuego y logró llegar hasta una terraza, desde donde pidió socorro y fue ayudada para llegar a unas escaleras y alcanzar la calle. Al cruzar las llamas, sufrió quemaduras en la cara, ambas manos y la pierna izquierda.

Una vez fuera, Begoña Landa telefoneó a su madre para contarle lo que había sucedido y fue trasladada en ambulancia al Hospital de Aranzazu. A media tarde de ayer, fue trasladada a una habitación de planta donde, según un familiar, se encontraba bien y animada, pese a las quemaduras que sufre en el 7% de su cuerpo.

La seguridad, reforzada

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Las medidas de seguridad del juzgado de paz de Rentería habían sido reforzadas hace un año debido a que un grupo de encapuchados lanzó entonces varios artefactos incendiarios por las ventanas de la fachada principal. Después de aquello, la Consejería de Justicia y el Ayuntamiento de Rentería colocaron persianas, tanto en la parte delantera como en la trasera del edificio.

Las llamas destruyeron ayer el mobiliario de oficina y una importante cantidad de documentación archivada en el despacho en el que fueron lanzados los artefactos incendiarios.

El consejero vasco de Justicia, el socialista Ramón Jáuregui, visitó ayer a Begoña Landa, a quien conocía desde que él ejercía como abogado laboralista, y calificó este atentado como "una reacción del mundo de la violencia al funcionamiento de la Justicia".

Jáuregui cree que estos hechos son "una ofensiva de los violentos contra el mundo judicial", ante los que la justicia y el Estado de Derecho tienen que funcionar. "Si HB, en particular, utiliza la violencia como lenguaje político en su estrategia de oposición al sistema, se encontrará con el Código Penal; y si funciona como un partido político y defiende sus postulados con las reglas de la democracia, todos lo aceptaremos", declaró el consejero.

Las huellas de la violencia están marcadas en las calles Biteri y Xempelar, de Rentería, donde algunas sucursales bancarias han optado por no sustituir los cajeros automáticos destrozados, donde los bancos echan las persianas una vez que se acaba la jornada y donde cinco ertzainas se vieron envueltos en llamas porque un grupo de jóvenes lanzó un artefacto contra la furgoneta en la que viajaban.

El alcalde, Miguel Buen Lacambra, recordó que de poco vale el reforzamiento de las medidas de seguridad si los atacantes entran tranquilamente por la puerta. Además, realizó un llamamiento "a los que aplauden o alientan estos atentados para que se lo piensen, porque una vez más han cogido por medio a un trabajador". "Me da lo mismo que trabaje en el juzgado, en una gasolinera, de guardia municipal, policía o en una entidad bancaria; es una persona y, como tal, merece respeto", agregó.

Los socialistas vascos creen que este tipo de atentados propios de un "nacionalismo racista, xénofobo y excluyente que representa el entorno de HB, que mediante el fuego purificador insiste en su alternativa de la sinrazón: la violencia y el fanatismo".

ETA y sus grupos de apoyo iniciaron el pasado año una campaña de ataque contra los juzgados en el País Vasco provocando incendios y ocasionando importantes destrozos con bombas en los Palacios de Justicia de Vitoria y San Sebastián.

Este atentado se ha producido una, semana después de que HB de Alava señalara a tres jueces y tres fiscales de esta provincia como sus "enemigos". Las amenazas a los jueces se han ido incrementando en los últimos años con advertencias en pasquines o pintadas en las calles del País Vasco. La portavoz de Jueces para la Democracia en Euskadi, Garbiñe Biurrun, cree que este nuevo atentado es un "ataque frontal contra la sociedad democrática, que espera que el Poder Judicial defienda sus derechos".

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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