Futbolistas
Ante la polémica suscitada en el fútbol profesional de pérdida de identidad del colectivo de jugadores españoles frente a extranjeros y comunitarios, ya sea por la ley Bosman o por la actuación de los presidentes de los clubes, creo poder aportar una solución.Dejemos bien claro cuál es el problema: antes de tomar la salida la presente Liga se tuvo que afrontar una serie de decisiones (aceptar la resolución del caso Bosman, ampliar a cuatro el número máximo de extranjeros ...) que ahora es imposible volver a reconsiderar. No olvidemos los intereses económicos en juego y que los jugadores afectados por estas decisiones son personas, y no mercancía de "si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero".
Por tanto, no hay que cegarse con el asunto de enmendar los errores del pasado, sino ampliar las miras, abrir el juego a las bandas. Es decir, no buscar la manera de limitar el número de jugadores extranjeros y/o comunitarios, sino encontrar la manera de "delimitar" el número de jugadores nacionales. Desde este punto de vista, sería necesario legislar que cada plantilla que saltase al terreno de juego tuviese un mínimo de siete a ocho futbolistas españoles, pudiendo ser, claro está, los 11 nacionales. Con ello se lograría salvar el escollo Bosman, ya que cada plantilla -la mayoría tienen entre 22 y 30 componentes- podría contar con cuantos comunitarios (y extranjeros) desease, siempre y cuando en -el terreno de juego cumpliese con el mínimo de jugadores nacionales.
Creo que con estas pocas líneas el fútbol nacional seguiría ganando enteros, y la presente competición se seguiría recordando como lo que es: la mejor Liga del mundo.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.