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La reunión sobre financiación entre el Gobierno central y el andaluz degenera en una gran bronca

Luis R. Aizpeolea

Terminó como el rosario de la aurora y con una bronca de campeonato. "No nos han dejado hablar". "Arenas miente". "Aznar ha dado la espalda al sur". "Se ve el carácter dictatorial de este Gobierno"."Este Gobierno vulnera la Constitución y es insensible a los problemas de los ciudadanos". Así se despacharon al alimón el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Gaspar Zarrías, y la consejera de Hacienda, Magdalena Álvarez, tras su reunión con la delegación del Gobierno presidida por el ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy. La cita para acordar la financiación autonómica para Andalucía terminó con un gran enfrentamiento entre ministro y consejeros.

La respuesta de Rajoy, momentos después, fue también tajante: "Han venido unos señores a insultar y agredir al Gobierno de España. Han venido sin voluntad de llegar a un acuerdo, con la intención de decir a los andaluces que el Gobierno les vuelve la espalda. Es una estafa. Nunca había asistido a un espectáculo tan bochornoso y lamentable".La reunión del ministro y los representantes andaluces en la Comisión Mixta de Transferencias estaba condenada al fracaso, pero nadie esperaba el grado de virulencia que alcanzó en sus casi dos horas. No obstante, hubo algunos avisos de la bronca que se avecinaba. La víspera, Alvarez y Zarrías anunciaron al secretario de Estado de Administración Territorial, Jorge Fernández, y al de Hacienda, Juan Costa, la anulación de un almuerzo previsto para ayer. Asimismo, exigieron la grabación de la reunión de la comisión, un hecho sin precedentes.

El encuentro fue tenso desde el comienzo. Álvarez y Zarrías exigieron al Gobierno, entre otras cosas, casi medio billón de pesetas de financiación autonómica para el quinquenio 1997-2002. Los consejeros andaluces argumentaron que esa cifra es la que el ministro de Trabajo, Javier Arenas, había denunciado que perdería la Junta si no aceptaba el nuevo modelo de financiación. En un quiebro estratégico, los representantes andaluces retaron al Gobierno a concederles esa cantidad a cambio de su compromiso de asumir el sistema. También exigieron la incorporación al modelo de los impuestos especiales, así como 20.000 millones de deuda histórica (fondos de nivelación recogidos en el Estatuto).

La representación andaluza no votó el modelo de financiación autonómica de cesión del 30% del IRPF ofrecido por el Gobierno, ni la participación de Andalucía en la Agencia General Tributaria. Todas sus exigencias fueron rechazadas por el Gobierno. En un momento determinado, los consejeros de la Junta abandonaron la reunión para deliberar si seguían en la misma o daban el portazo.

"El Gobierno no nos ha dejado hablar", manifestó Magdalena Álvarez al finalizar el encuentro. "Ha sido una reunión intolerable. Se nos ha negado el diálogo y se ha desprediado a la representación autonómica de los andaluces. Estamos escandalizados por la falta de diálogo".

La versión que ofreció el ministro Rajoy fue diferente. Según el titular de Administraciones Públicas, los consejeros venían predispuestos "a montar un espectáculo" y decir a los andaluces que el Gobierno les volvía la espalda.

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Pese al escándalo, Junta y Gobierno quieren seguir hablando, aunque Rajoy impondrá condiciones, según señaló ayer. La representación andaluza manifestó que el artículo 13 de la LOFCA exige que la financiación autonómica debe pactarse con el Gobierno, y por tanto no puede imponerse.Los consejeros andaluces anunciaron que exigirán una nueva reunión de la Comisión Mixta para la semana que viene. También adelantaron que, además del recurso al Tribunal Constitucional, presentarán un nuevo recurso al Tribunal Contencioso-Administrativo por "la mala aplicación de las normas" en la liquidación de la financiación para 1997. Confirmaron, en este sentido, que el Gobierno les ofrece, al rechazar el actual modelo, el regreso al modelo de 1992-1996. Con este último sistema, Andalucía perdería más de 250.000 millones, según Alvarez.

Por su parte, Rajoy dijo que no tenía inconveniente en volver a reunirse con la representación andaluza, como lo hará la próxima semana con la extremeña, en un encuentro en que negociarán la financiación a cuenta y la deuda histórica. Pero puso una condición: "No aceptaremos que las cosas se desarrollen como hoy. No estamos dispuestos a que esto sea un circo".

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