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Reportaje:

"¡Que den la cara!"

Viasa deja a centenares de pasajeros tirados en el aeropuerto de Caracas

La inesperada suspensión de los vuelos de Viasa, declarada el jueves por la tarde, provocó ayer el caos en el aeropuerto caraqueño de Maiquetia y la crispación de más de 2.500 pasajeros, el promedio diario de los que transportaba la línea aérea venezolana hacia Europa y América.El cierre de las operaciones sin previo aviso ha sido más costoso para la imagen de la empresa que cualquier otra decisión que pueda tomar la asamblea de accionistas el próximo 8 de febrero, cuando va a declarar la quiebra o ampliar capital para reflotar la aerolínea nacional, con 36 años de funcionamiento.

"¡Que den la cara! ¡Que den la cara!", gritaban furiosos los pasajeros en la sede de Viasa a los administrativos. "Que nos atiendan los culpables de la quiebra", añadían. Los aludidos prefirieron desviar la tensión a unos pocos empleados de tierra que, valientemente, pedían calma y organizaban colas alrededor de la torre de la compañía.

En el piso noveno de la torre de Viasa, Iberia estaba en plena mudanza de las oficinas que comparte con Aerolíneas Argentinas, sin ninguna persona que pudiera informar sobre el motivo del cambio ni la nueva dirección ni la ayuda que podía prestar para atender a los pasajeros.

Dos tercios de los 1.500 viajeros que debían coger los nueve vuelos programados para el jueves por la noche se quedaron en tierra con las maletas, defraudados, sin alojamiento, comida ni transporte. Otros tuvieron la suerte de recibir cobijo en hoteles de Caracas hasta nuevo aviso.Las operadoras turísticas intentaron tranquilizar a los grupos que llegaban de la isla Margarita o de la selva.

Ana de los Angeles Pérez Gómez, española con residencia en Caracas, debía viajar ayer a Madrid con Viasa y quería una solución rápida. Necesita estar en la boda de su hermano el próximo sábado. "No me pueden decir que debo esperar mucho tiempo para conseguir un asiento con Iberia", argumentaba

En la misma incertidumbre dejaron a Javier Miranda, empresario de Pamplona, de 42 años. No puede acudir a su trabajo el próximo lunes. "Me han dicho que debo esperar dos o tres días. Los gobiernos de Venezuela y España deben intervenir", asegura. "No entiendo por qué Iberia, si está tan mal en España, continúa manejando Viasa. Es una vergüenza", agrega.

Carlos Fernández, venezolano, de 42 años, con residencia en Francfórt, esperaba poder volver a Alemania con Iberia. "Cada vez que vuelvo a mi país", confiesa, "veo que las cosas van peor con huelgas, paro y pobreza. La culpa la tiene el Gobierno venezolano por haber permitido que esto se haga pedazos".

Los pasajeros de Viasa no tienen garantías de que su billete sea aceptado por otras compañías, porque la junta también acordó "la suspensión de todos los pagos por cualquier concepto", hasta la asamblea de accionistas del 8 de febrero. Sin embargo, se decidió el reembolso de los billetes adquiridos antes del cierre y las transferencias se están efectuando.

Viasa posee 12 aviones, cinco DC-10 y siete Boeing 727, todos hipotecados. Vuela a 20 ciudades de América y Europa. Su nómina es de 2.266 empleados y su deuda acumulada de 141 millones de dólares (19.317 millones de pesetas).

En el último año transportó 937.000 pasajeros, 38.900 menos que en 1995. Javier Alvarez, director de planificación de Iberia, afirma que la crisis se inició en junio pasado, cuando hubo que cancelar 500 vuelos por las huelgas de mecánicos y tripulantes.

También asegura que la única solución es el plan de viabilidad presentado por Iberia, que establece un corte drástico de gastos y la supresión de los convenios colectivos. Iberia estaría dispuesta a aumentar el capital, siemprey cuando el socio venezolano cumpla con su parte.

El otro socio, el Fondo de Inversiones de Venezuela, público (40% de las acciones), rechaza el plan de Iberia y la acusa de arruinar Viasa. [El ministro venezolano de Privatizaciones y presidente del fondo, Alberto Poletto, viajará a Madrid el domingo para intentar pactar con las autoridades españolas el fin de la crisis, informa Efe].

Mientras, todos se pasan la pelota. El Gobierno de Rafael Caldera ha llegado a culpar a los expresidentes Felipe González y Carlos Andrés Pérez de haber firmado una privatización engañosa y "ahora estamos pagando las consecuencias", afirma.

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