Los vecinos rechazan una presa en el Arlanza aprobada por el Gobierno
La reforma de la ley de aguas suplirá la falta del Plan Hidrológico
Los vecinos afectados por la presa de Castrovido, en el Arlanza, han mostrado su frontal rechazo al embalse, cuya aprobación se coló en la ley de acompañamiento, junto a otras tres presas. Este proyecto, valorado en 13.000 millones de pesetas, es heredero de otros dos intentos de regular el río en 1964 y 1984 mediante el embalse de Retuerta, pero quedaron frustrados por su fuerte impacto ambiental. Félix Llorente, alcalde del municipio de Palacios de la Sierra, el más afectado, confía en que con este embalse no se repita el caso de Riaño.
El embalse de Castrovido ha sido declarado de interés general en la disposición adicional vigésima cuarta de la ley de acompañamiento. Sin este artificio legal, camuflado en el magma de los Presupuestos Generales, ni Castrovido ni ninguna otra obra hidráulica de interés general podrían construirse al no disponer del Plan Hidrológico Nacional (PHN). La Ley de Aguas especifica claramente que debe ser así.Mientras el plan se aprueba -hecho que no se producirá al menos en los próximos dos años- la Secretaría de Estado de Aguas y Costas prepara para las próximas semanas una reforma de la Ley de Aguas que cubra esa laguna jurídica, el amparo legal que toda presa u obra hidráulica debe tener para poder ejecutarse.
Entre tanto, la ley de acompañamiento ha dado luz verde a las presas de Villamarchante en Valencia, Santa Liestra en Huesca, Herrerías en Vizcaya y Castrovido (Burgos), en el río Arlanza que afectará básicamente al municipio de Palacios de la Sierra.
Corte de la vuelta ciclista
Su alcalde, Félix Llorente, acompañado de varios integrantes de la plataforma contra la presa de Castrovido se presentó ayer en Madrid para llamar la atención sobre las afecciones económicasy medio ambientales de este proyecto en su término municipal.Dice que la cola del embalse anegará 100 hectáreas de la vega del municipio, dedicado a la ganadería y la expotación de sus bosques, de donde extraen 100.000 metros cúbicos de madera al año. De ejecutarse la presa, afirma Llorente, se modificará el clima seco que domina en el valle.
La oposición vecinal tomó relevancia el pasado 20 de agosto, cuando logró interceptar la Vuelta Ciclista a Burgos a su paso por el municipio, donde hicieron ver, a Miguel Indurain incluido, qué iba a ser del pueblo de construirse Castrovido.
La organización ecologista CODA que apoya al municipio en esta campaña, dice que el embalse inundará al menos "14 kilómetros de bosque de ribera y levantará una barrera infranqueable para animales como el ciervo, córzo, lobo y pequeños carnívoros". Su portavoz, Santiago Martín Barajas, añade que a los regadíos a los que pretende atender ni siquiera están incluidos entre los proyectos a desarrollar por la Junta de Castílla y León, dada su elevada altitud. Tampoco justifica su funcionalidad como regulador del Arlanza, un río que evacúa al Duero 926 hectómetros cúbicos al año, de los que sólo 70 podrán modularse en Castrovido.
Para el presidente de la Confederación del Duero, Antonio J. Alonso Burgos, sin embargo, existen poderosas razones que avalan el proyecto. La primera es que el Arlanza carece de regulación, lo que dio origen en las navidades de 1995 a unas severas inundaciones en todas las poblaciones ribereñas -desde Covarruvias a Lerma-, al diluirse de súbito la nieve acumulada en la sierra de La Demanda.
"El espectáculo fue dantesco el 25 de diciembre; se perdieron granjas enteras por la elevación precipitada del nivel de las aguas. Sólo en obras de reparación la Confederación ha invertido 380 millones de pesetas en municipios muy poco poblados", afirma Alonso.
La idea de regular el Arlanza viene de 1904 pero no cuajó hasta 1946 en que se proyectó la presa de Retuerta para albergar 140 Hm3 . Volvieron a reactivarse en 1980 pero se paralizaron cuatro años después, tras una campaña desplegada por académicos y arquitectos contra la pretensión de inundar las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza, donde tuvo su tumba el conde Fernán González, asociado al nacimiento de Castilla.
Según Alonso el proyecto se limita en su primera fase a la construcción de la presa en Castrovido (13.000 millones), aguas arriba de Retuerta, sin el trasvase adicional. En cuanto a los regadíos, más que incrementarlos se pretende garantizar los actuales, ya que en el estiaje el Arlanza deja a algunos de sus pueblos ribereños sin agua corriente.
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