Una tercera bomba en seis días estalla ante un centro de planificación familair de EEUU
Marcha antiabortista en Washington precedida de una oleada de atentados
La derecha cristiana hizo ayer sonar sus tambores de guerra en el corazón de Washington, con motivo del 24 aniversario de la sentencia que proclamó la constitucionalilad del aborto. Unas diez mil personas se concentraron frente a la Casa Blanca para exigir la prohibición de la interrupción voluntaria del embarazo. Es la manifestación anual, pero esta vez estuvo precedida del estallido de un artefacto frente a una clínica de planificación familiar de la capital. Es el tercer atentado con bomba contra un centro de este tipo en menos de una semana en el país.Venían de los cuatro confines de Estados Unidos; eran en su inmensa mayoría de tez pálida o palidísima, y en sus dos terceras partes, menores de veinte años, grupos escolares venidos al completo. Llevaban retratos de la Virgen, estandartes católicos, ortodoxos y protestantes, y pancartas que proclamaban "Jesús es la salvación", "Arrepiéntete, Arnérica", "En el nombre de Jesucristo, detened la matanza de niños no nacidos", "La elección natural es la vida" y, en castellano, "Acéptelo, el aborto mata".
Con ese amor a la estética gore, la de la casquería, que caracteriza al movimiento antiabortista estadounidense, la denominada Marcha por la Vida exhibía muchas fotos a todo color de fetos ensangrentados. Un tipo se había disfrazado de la Muerte y arrastraba una hilera de fetos y muñones de plástico rojizo.
De pie sobre el césped de la Elipse, entre el obelisco dedicado a George Washington y la Casa Blanca, los manifestantes escucharon música foIk alternada con discursos que decían cosas de este tenor: "Demos gracias a Dios por lo que está ocurriendo aquí, por estar reunidos, con espíritu de oración, para recordar que el aborto es un crimen".
No es eso lo que, el 22 de enero de 1973, decidió el Supremo norteamericano en su célebre sentencia "Roe versus Wade". El Supremo dio aquel día la razón a Jane, Roe, el seudónimo adoptado por una mujer desempleada y divorciada de Dallas que tres años atrás no había sido autorizada a poner fin a un embarazo no deseado. Por siete votos contra dos, el tribunal anuló las leyes de los Estados que prohibían el aborto en los tres primeros meses de embarazo y estableció las líneas generales para permitirlo en los siguientes seis meses.
En 1994, último año sobre el que existen datos completos, se produjeron en EE UU 1.267.415 abortos legales, o sea, 321 interrupciones voluntarias del embarazo por cada 1.000 nacimientos. En la mayoría de los casos se trató de solteras menores de 25 años.
El movimiento antiabortista lucha contra la histórica sentencia del Supremo sin desmayo y con todos los medios a su alcance, sin limitarse a los espirituales y políticos. Las autoridades han registrado en las últimas dos décadas 1.700 actos de violencia contra personas y clínicas relacionadas con la planificación familiar y el aborto. Esas agresiones han provocado la muerte de cinco personas y heridas a muchas más.
Atentado
Washington fue ayer el escenario del último atentado. A las 7.45 de la mañana, un artefacto usado en entrenamientos militares explotó en las inmediaciones de una clínica de planificación familiar donde se realizan abortos legales situada en la calle 16, a cinco manzanas de la Casa Blanca. No lejos se encuentra el hotel donde Hillary Clinton y Al Gore presidieron más tarde un acto celebrando la victoria de las mujeres que supuso la sentencia "Roe versus Wade". Un empleado del hotel resultó levemente herido en la mano. La policía de Washington declaró crípticamente que no parecía haber ninguna relación entre la explosión y la Marcha por la Vida.El pasado jueves, dos bombas hicieron explosión en una clínica abortista de Atlanta (Georgia), hiriendo a seis personas. Tres días después, el domingo, un doble atentado semejante provocó graves destrozos, aunque no daños personales, en un clínica abortista de Tulsa (Oklahoma).
El movimiento provida cuenta con sus ayatolas y sus fatwas. El sacerdote católico David Trosch tuvo que ser sancionado por el arzobispo de Mobile (Alabama) por declarar que el asesinato de partidarios del aborto está "justificado por la Biblia". En una carta enviada al Congreso en 1994, Trosch predijo "asesinatos masivos de los abortistas y sus colaboradores".
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