El clima de una zona del Pacifico permite prever las sequías del sureste español
Dos ecólogos hallan la relación del fenómeno 'El Niño' y las lluvias peninsulares
Los periodos de extrema sequía o de precipitaciones prolongadas que afectan al sureste de la Península Ibérica se producen siempre entre tres y veinte meses después del inicio de los fenómenos cíclicos de calentamiento o enfriamento climático característicos del área meridional del Océano Pacífico, conocidos, respectivamente, como El Niño y La Niña. Este alto grado de correlación climática, descubierto por dos ecólogos de la Universidad de Barcelona (UB), Francisco Comín y Xavier Rodó, permitirá predecir con gran antelación las sequías y lluvias en el sureste español.
El Niño y La Niña son un fenómeno de alternancia climática que se origina sobre el Océano Pacífico con una periodicidad de entre tres y siete años. Un cambio geográfico en la situación de las borrascas y de los anticiclones sobre ese área tropical provoca un calentamiento, en el caso de El Niño, o un enfriamiento, en el caso de La Niña, del agua superficial del océano. Ello da lugar a un notable aumento o descenso, respectivamente, de las temperaturas atmosféricas de la zona.Este cambio climático se aprecia especialmente en las costas de Perú y Ecuador, países que acuñaron la denominación del fenómeno a raíz de su frecuente aparición a finales de diciembre, coincidiendo con la Navidad cristiana.
Los científicos habían demostrado hasta ahora que este fenómeno, denominado técnicamente Oscilación Sureña El Niño (ENSO, en sus siglas inglesas) afectaba a corto plazo al clima de diversas partes del mundo. Así, por ejemplo, El Niño se ha relacionado tanto con la sequía en Australia y California como con las lluvias en la India o en Argentina.
Tras cotejar el ENSO con los datos pluviométricos registrados en los últimos 85 años en 17 estaciones meteorológicas españolas, Francisco Comín y Xavier Rodó han descubierto por primera vez una correlación entre dicho fenómeno y el clima europeo, más concretamente, en el este y sureste español. "El mayor grado de correlación entre El Niño y la sequía, de una parte, y La Niña y las lluvias prolongadas, por otra,", explica Comín, "se observa en las provincias de Albacete y Murcia. A medida que uno se aleja de ellas, la relación disminuye hasta desaparecer totalmente en Badajoz, La Coruña, Burgos y Barcelona".
Para que el ENSO tenga efectos metereológicos importantes en España es necesario que se trate de un NiñolNiña de fuerte intensidad, lo que sucede en lapsos de tiempo de entre 10 y 15 años.
El origen del descubrimiento realizado por estos dos investigadores españoles une curiosamente la laguna turolense_ de Gallocanta y el lago peruano de Titicaca allá por 1983. Con el fin de impartir unos cursos de ecología, Comín se desplaza a principios de ese año a la ciudad peruana de Puno, a orillas del Titicaca, coincidiendo con la llegada de un Niño muy intenso.
De vuelta a España, retoma el estudio de la ecología de la laguna salada de Gallocanta que había iniciado siete años antes. La fuerte sequía que ese mismo verano llega a secar el lago lleva a ambos ecólogos a sospechar por primera vez la conexión entre el clima español con el Niño.,
"Cuando en 1994 vimos que la laguna volvía a secarse meses después de un intenso Niño, caímos en la cuenta de que podía no ser una simple coincidencia", recuerda este profesor de ecología de la UB. Es a partir de entonces cuando se inicia la investigación propiamente dicha con la financiacion parcial de la Diputación General de Aragón y la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología (CICYT).
El estudio, que se publicará en Climate Dynamics, ha detectado además que la frecuencia del ENSO, y en consecuencia la de sequías o lluvias intensas en el sureste español, ha aumentado en los últimos 30 años en relación a la primera parte del siglo. "Es un indicio de cambio climático que debemos confirmar con el estudio de los registros sedimentarios de Gallocanta", dice Comín. Esta línea de investigación, para la que estos ecólogos no tienen aún financiación, debería ir en paralelo con la solución al gran interrogante pendiente: cuáles son los mecanismos físicos que hacen que un cambio climático en el Pacífico afecte a la lluvia en España.
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