Defensa paraliza los ascensos en la Guardia Civil para evitar el de un teniente vinculado a los GAL
El Ministerio de Defensa ha paralizado todos los ascensos en la Guardia Civil desde finales de noviembre de 1996 ante la duda de ascender o no al teniente Pedro Gómez Nieto, investigado por la justicia por su presunta participación en acciones de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). A este oficial, destinado en el Cesid y ex jefe del grupo patas negras, de operaciones especiales, creado por Luis Roldán, le corresponde ascender por antigüedad a capitán. El Gobierno está estudiando el caso, que algunas fuentes califican como una auténtica "patata caliente".
Las dudas oficiales sobre el ascenso de Pedro Gómez Nieto han causado la parálisis total y en cascada del resto de los cambios de graduación que corresponden desde hace meses a distintos oficiales de la Guardia Civil. Así, junto a él, otros cuatro tenientes han visto detenidas sus promociones a capitanes; cinco capitanes, las suyas a comandantes; cinco comandantes, a tenientes coroneles, y otros cinco tenientes coroneles, a coroneles.Ante esta situación, el Ministerio de Defensa ha recibido durante las últimas semanas numerosas protestas de los afectados, según diversas fuentes. En las mismas, los oficiales destacan que, además de los honorarios que les corresponden, sus solicitudes de destino han quedado también paralizadas. Este último punto es el más perjudicial. para la mayoría de los implicados, ya que el día que finalmente se produzcan sus ascensos se les aplicarán con la fecha que legalmente les corresponda.
El último teniente que ascendió a capitán fue Jesús Álvarez Martínez, destinado en la sección de Tráfico de Almería. Su promoción se produjo el 26 de noviembre. Álvarez tiene el número 128º en el escalafón, y Gómez Nieto, el 130º. Junto a Gómez Nieto les corresponde ascender a los tenientes Juan Úbeda Barreiros, Saturnino Villar del Barrio, José Iglesias Álvarez y José Luis Enamorado del Arco.
El Gobierno tiene serias dudas sobre la oportunidad de ascender a Gómez Nieto al grado de capitán por la lectura que puede darse de ese gesto oficial. Pero se encuentra con que la ley establece esos ascensos, y a este oficial del Cesid le corresponde, por tanto, ser elevado al escalafón superior.
La decisión de Eduardo Serra, ministro de Defensa, puede producirse en los próximos días con el fin de desbloquear la parálisis que afecta desde hace dos meses a los ascensos, y destinos en la Guardia Civil. Por el momento, se continúa estudiando el caso, que algunas fuentes califican como una auténtica "patata caliente" para el Gobierno.
Papeles secretos
La Audiencia Nacional, el pasado octubre, revocó el procesamiento de Gómez Nieto por el asesinato en 1.983 de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, presuntos miembros de ETA, al estar basadas las acusaciones en los papeles del Cesid. Según el auto, los únicos elementos de imputación contra este oficial eran los documentos que el juez Javier Gómez de Liaño tiene en una pieza secreta y que en aquel momento sólo él y el fiscal conocían. Varios meses antes, Gómez Nieto quedó en libertad al negarse el Gobierno a desclasificar la citada documentación.En esos textos del Cesid se recoge una pretendida conversación de Gómez Nieto con el coronel Juan Alberto Perote, ex jefe de la Agrupación Operativa de los servicios secretos, en la que le relata cómo mataron de dos tiros en la cabeza a Lasa y Zabala, previamente secuestrados y torturados. Asimismo, en la misma documentación se transcribe otra supuesta conversación de Gómez Nieto con Enrique Rodríguez Galindo, entonces teniente coronel, sobre la organización de atentados contra ETA en el sur de Francia. El oficial está también imputado en él caso Oñederra (los primeros asesinatos de los GAL) que instruye Baltasar Garzón.
Gómez Nieto ascendió a teniente en junio de 1990. Durante la etapa de Luis Roldán al frente de la Guardia Civil, dirigió a los patas negras, un grupo de agentes del Cesid adscritos al gabinete de prensa de ese cuerpo.
El general Manuel Llaneras, uno de los principales colaboradores del ex director general, declaró a la juez Ana María Ferrer, instructora del caso Roldán, que los patas negras eran un auténtico servicio de información a las órdenes exclusivas de Roldán.
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