Muere un hombre tras ser apaleado y abandonado en un arcén

Pedro Sánchez Guzmán, de 35 años, aún respiraba cuando fue descubierto por la policía a las 18.30 del lunes tendido en el arcén de la carretera de Fuencarral. Los agentes se acercaron. Pedro, sangrando por la nariz y la boca, les contó que le dolía mucho el pecho. También les comentó que tres personas -a las que desconocía- le habían propinado una paliza. Minutos después era ingresado por una ambulancia en el hospital La Paz. Allí murió a las 21.30.El caso, que ha pasado a manos del Grupo de Homicidios, se mueve en la oscuridad. Antes de fallecer, según la policía, Pedro apenas dio pistas sobre sus agresores, y tampoco lo hizo sobre sí mismo. De hecho, su identidad no fue averiguada hasta después del óbito. Entre los datos de su biografía que están siendo investigados figuran sus antecedentes policiales por robo.

Otra pista procede de la propia violencia de la paliza. Aunque exteriormente Sánchez Guzmán no presentaba lesiones visibles, los agresores le trituraron. Los médicos de La Paz han certificado que sufría roturas costales y del bazo, así como lesiones de pulmón. Esta violencia apunta a un ajuste de cuentas.

Los agentes también investigan cómo llegó el fallecido al arcén. El lugar donde fue encontrado está situado en el kilómetro 2, de la carretera de Fuencarral a El Pardo, en dirección al barrio de Quintana, una zona donde la venta de droga es frecuente.

. Por otra parte, a las 21.53 del lunes, un profesor estadounidense de 29 años, David K. T., fue apuñalado en la calle del Príncipe de Vergara, a la altura del Auditorio Nacional, durante un atraco. El acuchillamiento fue visto por una unidad del Samur, que inmediatamente puso su sirena en marcha. Los agresores, al oír la alarma, huyeron. Una patrulla de la Policía Municipal, avisada por el Samur, dio alcance a Agustín R. T., de 32 años, quien llevaba un puñal ensangrentado. El herido fue trasladado al hospital La Paz. Su pronóstico ayer era reservado.