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REBELIÓN CALLEJERA EN EL ESTE

El régimen decide resistir a cualquier precio

Ramón Lobo

El régimen ya ha tomado una decisión para salir de la crisis: resistir a cualquier precio. En una reunión celebrada el viernes entre las ejecutivas del Partido Socialista Serbio (PSS), de Slobodan Milosevic, y la Izquierda Unida de Yugoslavia (YUL), de Mirjiana Markovic, esposa del presidente, se adoptó una línea dura y de firmeza frente a las protestas. No habrá reconocimiento de la victoria electoral opositora en Belgrado y en otras ciudades sin importar la presión interna o internacional; se aceptarán dos peticiones estudiantiles (cambio de rector y vicerrector) con la esperanza de poner fin a su lucha, y se lanzará una campaña de descrédito contra la coalición Zajedno (Unidos), sin descartar el uso de la fuerza en Belgrado, según informó ayer Nasa Norba, uno de los escasos diarios independientes del país."Serbia es el único país en Europa que no es una marioneta de Occidente", proclamó orgullosa la mujer de Milosevic, quien invitó a todos los concejales electos del PSS y de YUL a "salir de la ratonera y ocupar sus puestos". La rápida constitución de todos los ayuntamientos es la clave, según ella y otros oradores. Markovic saludó lo que denomina "la gran victoria de las fuerzas de la izquierda y democráticas [en las elecciones municipales del 17 de noviembre] confirmada por la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa)".

Markovic pidió la unidad de los dos partidos de la coalición gubernamental para hacer frente a la protesta (idea reiterada por todos los intervinientes), criticó lo que llamó "mecanismos de defensa del Estado [Ejército, policía y servicios secretos]", pues, a su juicio, "no han luchado de forma correcta en la guerra especial", eufemismo que esconde la denuncia machacona por parte del régimen de la existencia de un enemigo exterior al que no se menciona, pero que se trata de Estados Unidos.

La intervención de la poderosa Markovic fue apoyada por todos. El secretario general del PSS, Gorica Gajevic, menos vehemente, admitió que "la situación es muy complicada" y solicitó medidas urgentes.

El presidente del Parlamento, Dragan Tomic, optó en cambio por la línea de los halcones: "Hay que hacer todo lo posible para desmantelar a la oposición. Ésta pide nuestras cabezas y hay que cortárselas a ellos antes". Tomic exigió la utilización represiva de la policía. Nedeljko Sipovac, uno de los vicepresidentes de Serbia, pidió "medidas urgentes contra la guerra especial" (de nuevo el enemigo exterior) y admitió que el tiempo corre en contra del Gobierno, debido a la situación de la economía.

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