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El Gobierno de Corea moviliza el Ejército para evitar la huelga del sector público

El Gobierno surcoreano ha movilizado a varios miles de soldados para intentar evitar la paralización de los servicios públicos, en el caso de que los huelguistas lleven hasta sus últimas consecuencias el paro previsto a partir de hoy. Un portavoz del Ministerio de Defensa aseguró ayer que "los preparativos" están listos para prevenir la paralización del país, pero no quiso dar la cifra exacta de militares puestos en alerta, que la agencia de noticias Yonhap evalúa en 2.500.La huelga dura ya 19 días y ha producido unas pérdidas de 291.200 millones de pesetas. Las dos confederaciones sindicales del país han asegurado que si el Gobierno no retira la reforma laboral, que permite el despido libre, a partir de hoy extenderán el paro al sector público y radicalizarán el conflicto.

Sin embargo, el presidente de Corea se sigue manteniendo firme y ha asegurado que no derogará la legislación laboral. Durante una cena con los líderes de su partido afirmó: "Sé que la nueva legislación no puede satisfacer simultáneamente a los obreros y a los empresarios, pero era una decisión inevitable". Y añadió que tratará de que se tomen medidas especiales para poner fin a la inquietud de los trabajadores, mejorar su nivel de vida y garantizar un sistema de empleo estable. Mientras tanto, el primer ministro Lee Soo-Sung ha pedido a los miembros de su Gabinete que se preparen para una situación de crisis y parece empeñado en dar pruebas de su dureza con los huelguistas.

La policía antidisturbios disparó ayer gases lacrimógenos contra 300 obreros y estudiantes que trataban de acercarse a un puesto sindical situado en la catedral católica Myorigdong, de Seúl. El enfrentamiento duró aproximadamente dos horas.

El Gobierno criticó asimismo la intromisión de las organizaciones sindicales internacionales en la agitación social que vive Corea y amenazó con imponerles sanciones. Esas críticas van dirigidas en especial a los responsables de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) que, desde el sábado, se encuentran en Seúl para apoyar a los huelguistas y para emprender acciones contra la reforma del Código de Trabajo surcoreano.

En una aparente muestra de que el Gobierno puede estar dispuesto a hacer concesiones, el líder del Nuevo Partido, Lee Hong Goo, intentó infructuosamente entrevistarse con los líderes sindicales, acampados en las proximidades de la catedral de Seúl. Centenares de trabajadores impidieron que el político y ex primer ministro lograra su objetivo.

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