Colapso en el aeropuerto de Barajas por la nieve y el hielo
El aeropuerto de Barajas volvió ayer a mostrar su vulnerabilidad. El temporal de nieve que cayó sobre Madrid colapsó el aeródromo y causó retrasos y cancelaciones en cerca de un 50% de los vuelos de salida de la tarde -algunos llegaron a partir siete horas después de la hora prevista para el embarque-.Unos 600 pasajeros que no pudieron volar fueron alojados en hoteles. Sin embargo, varios centenares más permanecían a las dos de la madrugada en el aeropuerto a la espera de que se aclarase su situación.
Muchos de ellos, muy enfadados, se agolpaban en los mostradores de las compañías -especialmente de Iberia- y de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) para protestar.
La mayoría mantenía que en ningún momento se le había facilitado una explicación coherente de lo que ocurría. Este periódico trató, ayer sin éxito de recabar la versión de los portavoces del aeropuerto y de AENA.
Fuentes aeroportuarias aseguraron ayer que el problema, que se agudizó con la bajada de temperaturas al anochecer, se debió a las placas de hielo que se formaron en los aviones debido al frío y la nieve.
Los tres servicios quitahielos que trabajaban en las pistas apenas daban abasto para atender todas las peticiones de los pilotos, quienes temían despegar con las alas cubiertas de hielo. Este factor provocó una acumulación tal de aviones en las pistas que sobre las nueve de la noche el retraso medio por vuelo rondaba a esa hora los 90 minutos. A medianoche, 20 aviones hacían cola para despegar en las pistas de Barajas.
Empezamos a rociar los aviones con disolvente a las seis de la tarde, cuando las temperaturas cayeron. En ese momento, los retrasos eran de unos 24 minutos. A medida que transcurrían las horas, las demoras aumentaron", señaló una fuente del aeródromo madrileño.
Los pasajeros, con todo, sostenían que los retrasos eran bastante mayores. "Nuestro avión [de Iberia] tenía que salir a las cinco de la tarde con destino a Málaga y son las más de las doce y todavía seguimos aquí", relató Antonio Guillamón Gutiérrez. En parecidos términos se manifestó otro pasajero con destino a la ciudad de Tánger. "Nuestro vuelo debía salir a las cinco de la tarde. Son las ocho y media y todavía seguimos aquí".
El hombre se agolpaba junto a un centenar de pasajeros ante los mostradores de Iberia exigiendo una explicación al retraso de más de seis horas que acumulaban algunos vuelos. Entre gritos, algunos viajeros pedían una habitación para dormir, la devolución del dinero, comida o el libro de reclamaciones.
Y es que un número sin determinar de salidas se anunciaba como cancelado en las pantallas del aeropuerto. Los vuelos a París o a Lisboa de las 17.00 y 18.00, por ejemplo, se habían convertido de madrugada en cancelaciones.
PASA A LA PÁGINA 3
Un millar de viajeros se agolpaba anoche en la terminal internacional a la espera de sus vuelos
VIENE DE LA PÁGINA 1
"Tengo dos niños pequeños y necesito dormir en un hotel", exigía Odett, una francesa cuyo avión de las cuatro de la tarde a París fue cancelado. "Me han puesto en lista de espera para mañana a las doce. Esto es una vergüenza", gritaba la mujer. Cerca de de las dos de la madrugada la situación era desesperada en Barajas. Unos mil pasajeros- aguardaban la salida de sus vuelos en la terminal internacional, según indicaron fuentes policiales.
Uno de los informadores de Iberia que intentaba dar explicaciones a los pasajeros en la terminal internacional dejó su puesto a la 1.10 de la madrugada y abandonó a los viajeros sin darles ninguna justificación. "Ustedes esperen a un señor de verde. Les indicará el hotel al que tienen que dirigirse", dijo el único representante de Iberia que permanecía al pie del cañón a esa hora. "¿Pero dónde está ese señor?", preguntaban los viajeros. Cuando finalmente apareció el señor de verde, los pasajeros le rodearon desesperados. El hombre se declaró incapaz de satisfacer todas las demandas. "Estoy desbordado", se lamentó.
Abbas Correa, un ciudadano suramericano, comentó: "A Iberia le falta humanidad. Aquí hay enfermos y niños durmiendo en asientos. La imagen que está dando España es deplorable". Una usuaria con destino a Roma no podía dar crédito a lo que le había sucedido. Después de permanecer cuatro horas en el interior del aparato a la espera de despegar, su vuelo fue cancelado. Cuando le fue devuelto el billete, éste correspondía a otra persona. "Ahora me dicen que no puedo volar mañana porque mi nombre no se corresponde con el del billete".
Los ladrones aprovecharon la situación de caos para sustraer bolsos a los pasajeros durante la espera, según denunciaron tres víctimas.Cadenas en la N-I
Pero el hielo y la nieve no causaron sólo retrasos y molestias en los ciudadanos que optaron por el avión para sus desplazamientos. A las 23.00 de ayer, en la N-I entre los kilómetros 50 y 96 era necesario el uso de cadenas. Lo mismo ocurría en la mayoría de las carreteras locales que confluían en esta autovía y en las del noroeste de la región. Según señaló a medianoche la Dirección General de Tráfico, "la nieve y el hielo obliga a poner cadenas a los vehículos en la mayoría de las carreteras de la sierra".
La complicada situación de las carreteras ha llevado a los ciudadanos a utilizar el tren de forma masiva estos días. Renfe señaló ayer que los trenes madrileños "han captado 120.000 personas más que el año anterior durante la temporada de Navidad". En la capital el frío provocó la aparición de placas de hielo, según Efe, en tramos de la calle de Embajadores, la avenida de la Aviación, la calle de Cartagena, el barrio de la Alameda de Osuna y las aceras de la Puerta del Sol.
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