Arenas rechaza la propuesta de Rosell de abaratar el despido
La propuesta del vicepresidente de la CEOE y presidente de la patronal catalana, Joan Rosell, para reducir a la mitad las indemnizaciones por despido improcedente -45 días por año trabajado- ha puesto de acuerdo, para rechazarla, al Gobierno, a los sindicatos y al PSOE. La patronal prefirió guardar silencio, de momento. El ministro de Trabajo, Javier Arenas, aseguró ayer que una medida como la que defiende Rosell "no está en el espíritu del Gobierno, ni en la campaña electoral, ni en su programa electoral, ni en el discurso de investidura del presidente del Gobierno".
En declaraciones a Onda Cero, además de rechazar la medida propuesta por Rosell, el ministro de Trabajo puntualizó que el Gobierno tampoco se plantea medidas que afecten "a los derechos adquiridos de los trabajadores que actualmente tienen un contrato indefinido". Esta misma defensa de los derechos adquiridos fue adelantada el pasado fin de semana por el consejero de Trabajo de la Generalitat, Ignasi Farreres. Arenas se mostró partidario de "clarificar aún más las causas del despido procedente" y añadió que puede haber acuerdo [entre las partes implicadas en la negociación] "en que se tienen que simplificar las modalidades contractuales, que son excesivas".Por parte del PSOE, el encargado de expresar el rechazo a la propuesta de abaratar el despido fue el diputado y ex ministro de Trabajo, José Antonio Griñán. El ex ministro considera que abaratar el despido "es un camino equivocado porque siempre habrá un país que podrá abaratar los costes laborales más que España".Parón de contratos
En sus declaraciones a la SER, Griñán criticó al Gobierno porque con sus avisos sobre la reforma laboral se puede provocar un parón en las contrataciones.
También los sindicatos salieron al paso de la propuesta lanzada por Rosell. El secretario de CC OO, Antonio Gutiérrez, consideró "inadmisible" proponer el abaratamiento del despido en un país "donde se viene abaratando el despido desde 1977 y hay millones de personas que tienen contratos con indemnización por despido cero". Gutiérrez se mostró pesimista sobre la posibilidad de alcanzar acuerdos dado el clima "generado demagógicamente" por el Gobierno.
Por parte de UGT, su secretario de Acción Sindical, Toni Ferrer, también acusó a Rosell de intentar dinamitar las conversaciones. A su juicio, el posible acuerdo entre empresarios y sindicatos no se producirá antes de la primavera.
Acuerdos de trazo grueso
Sindicatos, patronal CEOE y Ministerio de Trabajo han coincidido hasta el momento en dos de los puntos en los que debe incidir la reforma del mercado de trabajo: la reducción de las modalidades de contratación y la clarificación de las causas de despido objetivo. Son dos coincidencias de trazo grueso que precisarán su desarrollo en letra pequeña en un proceso que, a tenor de las declaraciones de todas las partes, se presenta complicado.Sobre la reducción de modalidades de contratación, las tres partes implicadas en la reforma consideran excesivo que existan 17 distintas. Se baraja su reducción a tres o cuatro.
Por lo que se refiere al despido objetivo, el acuerdo de principio es que es necesario simplificar sus causas, de forma que se facilite a los jueces la declaración de despido procedente en lugar de estar forzados a inclinarse, como ahora sucede, por las indemnizaciones previstas en las modalidades de despido más caras. La clarificación de las causas por despido objetivo obligaría a modificar el Estatuto de los Trabajadores, una posibilidad a la que, con las reservas y puntualizaciones debidas, no se oponen los sindicatos.
Al margen de estas coincidencias, durante meses de negociación, la tónica han sido los globos sonda y las declaraciones cruzadas, casi siempre airadas. Un globo sonda fue, por ejemplo, la propuesta del vicepresidente de la CEOE, Joan Rosell, para implantar una modalidad de contratación estable -a 10 años- con indemnización pactada en caso de despido. La propuesta, cuyo origen atribuyó Rosell al Gobierno, no contó con el respaldo formal de la CEOE.
Las polémicas propuestas del vicepresidente de la CEOE han sido reiteradamente atribuidas por los sindicatos a una supuesta pugna por el poder en el seno de la organización empresarial, en la que Rosell estaría intentando hacerse con el sillón del actual presidente, José María Cuevas.
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