Major anuncia un panorama de lágrimas si ganan los laboristas

Las acusaciones de adulterio vertidas por un dominical británico contra el diputado conservador Jerry Hayes deslucieron ayer la presentación oficial de la nueva campaña propagandística tory con vistas a las próximas elecciones generales británicas. Bajo el lema "Todo terminaría en lágrirnas", el Partido Conservador presenta un negro futuro para la familia británica media si los laboristas llegan al poder en las elecciones, que tienen que celebrarse no más tarde de mayo, tras casi 18 años en la oposición.Tras el escándalo causado por la anterior campaña, lanzada en agosto pasado, y obra también de la agencia de publicidad de Maurice Saatchi, esta vez el tono del ataque político es menos agresivo.

En agosto, Saatchi presentó al líder laborista, Tony Blair, con ojos de demonio. En esta ocasión, todo queda en lágrimas de sangre que se desprenden del lema de los carteles.

"Nuevo Laborismo. Nuevo Fracaso", reza uno de los anuncios que han preparado los tories en el que aparece una pareja de aspecto demacrado sosteniendo a un bebé en los brazos.

Sin embargo, la defensa de la familia y su bienestar como eje de la campaña electoral del Partido Conservador se ha visto deslucida con las acusaciones lanzadas por el militante conservador Paul Stone contra el diputado Hayes.

Stone cobró, según la prensa británica, 100.000 libras esterlinas (unos 20 millones de pesetas) por relatar su romance de 16 meses con Jerry Hayes al rotativo sensacionalista News of the World.

La operación fue preparada por Max Clifford, una especie de relaciones públicas que ha dirigido los pasos de todos los "denunciantes" en los grandes escándalos aireados por la prensa británica a lo largo de los años noventa. Clifford reconoció ayer a una emisora de radio que con ésta y otras denuncias se propone consumar una "venganza persona" contra los conservadores por el daño causado al Servicio Nacional de Salud.