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Reportaje:

Siamesas del norte

Alcobendas y San Sebastián de los Re yes comparten servicios como si fueran un solo pueblo

Unidas (o separadas) por la avenida de España, Alcobendas (83.000 habitantes) y San Sebastián de los Reyes (58.000) son ciudades obligadas a compartir servicios. Los dos municipios tienen en común la comisaría de policía, la Subdirección del Ministerio de Educación, la Delegación de Hacienda y la central de Telefónica, entre otras dotaciones. Los sansebastianenses compran en Alcobendas y los alcobendenses se van de copas a San Sebastián.En estas localidades casi todo es común o está mezclado, hasta el punto de que unas rotondas mejoran el tráfico en Alcobendas y colapsan la circulación en el pueblo vecino. Desde hace 500 años estas dos ciudades se debaten entre la disputa y la colaboración.

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La historia viene de antiguo. En 1492 un grupo de hombres libres fundó San Sebastián (Sanse, como la llaman sus habitantes) para huir de la tiranía del conde de Puñonrostro, señor de Alcobendas. Después de siglos de litigios por las dehesas, los pastos o los pasos (cualquier excusa era buena), la linde se situó en un arroyo sobre el que ahora discurre la avenida de España, llamada la frontera por todos los vecinos. La frontera ha servido para encuentros rara vez amistosos. Hasta los años cincuenta, los jóvenes de ambos pueblos, agrupados en pandillas con nombres como los Saraos o los Saltapuentes, tenían como diversión de fin de semana citarse en el puente sobre el arroyo para defender a pedradas el honor de su villa.

Ahora, la frontera es un lugar pacífico, pero todavía trae sus problemas. En las aceras de ambos lados hay números pares que coinciden, y dan lugar a todo tipo de confusiones. La vida administrativa para cualquier ciudadano de uno de estos dos municipios es como un partido de tenis en el que la avenida de España es a red. Si quiere curarse una herida ha de ir al centro de urgencias, en la acera de Sanse; si desea hacer una denuncia ante la Policía Nacional debe ir a Alcobendas; es decir, cruzar la calle. Los vecinos de San Sebastián pagan a Hacienda en la delegación de Alcobendas, pero profesores y alumnos de Alcobendas van a San Sebastián a quejarse ante la subdirección territorial del ministerio.

Odisea administrativa

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"Tuve que arreglar una pensión por invalidez y me pasé todo el día cambiando de pueblo. Del ambulatorio de Alcobendas me mandaron al Inem de Sanse y de allí a Hacienda [otra vez en Alcobendas] para sellar un papel y volver a entregarlo en la Seguridad Social que está en San Sebastián". Así cuenta una odisea administrativa cotidiana Matias Marcos, alcobendense de 52 años, que trabaja en Sanse.

Matías no es el único que se dedica a cruzar la calle todo el día. Alcobendas ha tenido que modificar la ubicación de un mercadillo para evitar que los winstonefos (vendedores de tabaco de contrabando) toreen a sus agentes de policía dando tres pasos y colocándose en la acera que pertenece a San Sebastián.

Los dos municipios tienen servicios, mancomunados, como el vertedero, la depuradora o la Liga de fútbol, pero estas cosas nunca se arreglan a gusto de todos. Algunos políticos del PP de Sanse critican que el vertedero está más años en su pueblo que en el vecino, mientras que otros del PP de Alcobendas creen que la Liga conjunta de fútbol perjudica a los equipos locales. San Sebastián cambió el trazado de una línea de alta tensión y, tras cinco años de proyectos, se tuvo que modificar para no ponerla sobre un colegio de Alcobendas.

La vida en común no es síempre fácil. San Sebastián no tiene número de emergencia para su Policía Municipal porque Alcobendas lo contrató antes y los dos pueblos funcionan con una sola central de Telefónica (ubicada en San Sebastián), El servicio de urgencias del Insalud está en Sanse, pero la UVI móvil fue equipada por Alcobendas.

Alcobendas se ha adelantado en la, pugna por llevar los servicios comunes a su término municipal. Los bomberos, la Policía Nacional o la central de Iberdrola están ahora, en Alcobendas, aunque en un principio estuvieron en Sanse. La delegación de Hacienda y los juzgados están también en territorio alcobendense. A Sanse le queda el servicio de urgencias del Insalud y la delegación territorial del Ministerio de Educación.

La mayoría de los residentes en los dos pueblos compran en alguno de los tres hipermercados que tiene Alcobendas, donde gobierna el PSOE, y el alcalde de Sanse, Ángel Requena (IU), cifra en "cientos de millones anuales" las pérdidas del comercio local por estos hábitos. Pero algo se recupera, porque casi todos los jóvenes de ambos pueblos se divierten en los locales de copas del casco viejo y el polígono industrial de San Sebastián.

Alguien podría pensar que la fusión de ambos municipios es una solución, pero ni políticos ni vecinos quieren oír hablar de ello. Tan sólo hubo un proyecto cercano a la unión. A finales de los años ochenta se intentó crear una Gerencia de Urbanismo común, pero no cuajó: "se han recorrido más de 500 años de un pueblo que se fundó para separarse de Alcobendas, no vamos a deshacer ahora el camino", asegura Isidoro Rodríguez, de 70 años, veterano vecino de Sanse y cronista oficial de la villa. La gran obra que implica a ambas ciudades es el tren de cercanías, que debe terminar en 1999. Durante casi 10 años, los dos municipios intercambiaron proyectos con el Ministerio de Transportes. Raras veces coincidían. Variaban en el lugar de origen, en la estructura (subterránea o en superficie) y en el número de estaciones y su ubicación.

El proyecto definitivo acaba en la avenida de España, y Alcobendas tiene una segunda estación, privilegio que no disfruta San Sebastián.

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