Fútbol, Estado y derechos fundamentales
Recientemente hemos asistido a un espectáculo insólito en plena Europa y a las puertas del siglo XXI; la Federación Española de Fútbol alerta rápidamente a la FIFA (asociación deportiva privada) sobre un hecho que estima muy grave: una empresa española (Deportivo de La Coruña, Sociedad Anónima Deportiva) ha acudido a los tribunales de justicia.Además de un derecho se trata de un hecho habitual en un Estado democrático y de derecho; pero he aquí que hemos topado con el "fútbol", que, como si de una religión se tratara, recibe un tratamiento sacrosanto.
Ante el ultimátum de la FIFA para retirar la demanda, en mi ignorancia, esperaba que inmediatamente, se pusieran en marcha todos los mecanismos del Estado para proteger a una empresa y a un ciudadano español que es amenazado por ejercer un derecho fundamental recogido en el artículo 24 de la Constitución. Desde el Consejo de Ministros hasta el fiscal general del Estado y la propia Unión Europea debían haber apoyado sin ambages a una empresa y a un ciudadano español y europeo que está siendo perturbado e intimidado en el ejercicio de un derecho fundamental, recogido incluso en convenios internacionales y que los Estados europeos se han comprometido a impulsar y velar.
Pero el, Consejo Superior de Deportes, lejos de apoyar al Deportivo de La Coruña, SAD, le ha dejado totalmente sólo y desamparado, alegando la imposibilidad de intervención por ser una normativa de una asociación privada internacional.
Con ello se ha abierto un peligroso precedente y una vía de impunidad.- Abogado de la Asociación El Defensor del Deportista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.