Una juez sanciona que un divorciado trabaje para su ex mujer para pagarle la pensión
El ex marido acepta acudir durante 12 años a la panadería de su antigua esposa
Francisco F. J. deberá estar 12 años trabajando una media semanal de 12 horas en la panadería de Barcelona que regentan sus tres hijos y su ex mujer, Ana E. L., tras el acuerdo alcanzado con ella para poder satisfacer los casi tres millones de pesetas de pensión que le adeuda desde que ambos se separaron en 1989. El original convenio regulador de divorcio, del que no se conocen precedentes en España, fue propuesto por el abogado de la mujer, Máximo Godó, a partir de una película que emitían por televisión y en la que se escenificaba una situación similar en un hogar norteamericano.
La titular del Juzgado de Primera Instancia número 15 de Barcelona, Cristina Torres Fajarnés, ha ratificado ahora la validez de ese convenio, sobre el que también informó favorablemente el fiscal, pues uno de los cuatro hijos de la pareja, Cristina, es menor de edad.La originalidad del convenio de divorcio radica, además, en que establece como garante de su cumplimiento al hijo mayor, Óscar, de 25 años, al que se califica como "único interlocutor" del padre. El hombre distribuirá como desee esas 12 horas semanales que deberá permanecer en la panadería -situada en la Travessera de Dalt de Barcelona-, en aplicación de "un programa de educación y formación de sus hijos, en el aprendizaje del oficio y negocio de pastelería", y tendrá que colaborar "en la producción y elaboración de los productos preparados por sus hijos que se estén produciendo en el obrador de pastelería".
En el supuesto de que el ex marido incumpla el pacto durante un periodo de tres meses de manera injustificada deberá indemnizar a los hijos y a la ex mujer con dos millones de pesetas "en el plazo improrrogable de un mes". Al margen de esto, deberá seguir abonando mensualmente otras 30.000 pesetas a su ex mujer en concepto de pensión por la hija menor, que al igual que sus tres hermanos vive con la madre.
Dos panaderías
La pareja se casó en mayo de 1969 y se separó 20 años después. El matrimonio vivía de los ingresos que generaban las dos panaderías que regentaba, pero, tras la ruptura, ella se quedó con una y él con la otra -situada en la calle de Indústria de Barcelona-, que todavía sigue siendo de su propiedad. El abogado de la mujer asegura que el hombre ha estado incumpliendo desde hace siete años el pago de las 80.000 pesetas mensuales a que fue condenado entonces y ha recurrido contra todas las resoluciones judiciales dictadas al respecto. El letrado asegura que el ex marido sólo abonaba ciertas cantidades de dinero a la familia cuando se instaba la ejecución de la sentencia.Por este motivo, al abogado se le ocurrió plantear ese original convenio, si bien su propuesta inicial era mucho más dura: pretendía que el ex marido trabajase durante 15 años en la panadería una media de ocho horas diarias. "Al final, la solución es satisfactoria para todos. El ex marido no tenía muchas salidas: o aceptaba el convenio o perdía el trabajo y la casa, ya que no pagaba la pensión y la deuda era ya enorme", indica el abogado.
El convenio fue pactado el pasado mes de abril, pero no ha empezado a aplicarse hasta que la juez le ha dado validez legal. Eso ocurrió el 19 de diciembre. La ratificación modifica el último acuerdo suscrito por las partes en 1994 al dictarse sentencia de divorcio y que el hombre impugnó.
El abogado Godó dijo que el ex marido "cumple hasta ahora escrupulosamente" lo pactado en el nuevo convenio y acude puntualmente a trabajar a la panadería de su ex mujer. El estricto régimen laboral convenido prevé unas vacaciones mínimas de 30 días anuales.
En el caso de que el negocio de la panadería sea traspasado a terceras personas, el convenio acordado establece que "quedará a la expectativa de la liquidación de horas que determine el interlocutor don Óscar, en unanimidad con todos sus hermanos".
El impago de alimentos es uno de los problemas más frecuentes en los divorcios. El incumplimiento de los convenios o las medidas dictadas por el juez ha llevado a algunos ex maridos a la cárcel, lo cual ha motivado las protestas de diferentes colectivos de hombres separados.
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