Los sindicatos desafian con la huelga a Netanyahu
La huelga proclamada por la central sindical Histadrut (la única en Israel) está alcanzando cada vez a más sectores y entró ayer en su segundo día. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, la calificó de "huelga salvaje, política e irresponsable". "Vamos a la huelga para defender los derechos elementales a un salario y, en primer lugar, el derecho a la huelga, que son pisoteados por el Gobierno", replicó Amir Peretz, secretario general de Histadrut.En realidad, se trata de una prueba de fuerza entre Histadrut y el Gobierno, y no de una lucha sindical clásica contra los patronos. El Gobierno de Netanyahu está a punto de ver aprobado en la Kneset (Parlamento) el presupuesto de 1997, un presupuesto con recortes sociales de hasta 7.000 millones de shequels (casi 300.000 millones de pesetas).
Además, la detención durante dos horas del jefe del departamento sindical de Histadrut, Slilomo Shani, condenado por haber desafiado el veredicto de un tribunal laboral que le prohibía la huelga, estuvo en el origen de este paro. La liberación de Shani calmó poco los ánimos, pero expertos jurídicos y sindicales aconsejan al secretario general de Histadrut que no prolongue esta prueba de fuerza. Primero, porque la violación del edicto de un tribunal debilita la fuerza moral de las reivindicaciones sindicales. Y segundo, porque Histadrut corre el riesgo de ganar impopularidad entre la opinión pública israelí, irritada por los paros en los servicios públicos. Sólo un tercio de los trabajadores fue ayer a la huelga.
Por otra parte, economistas de renombre apelan a Netanyahu. a no vanagloriarse por tener la ley de su parte y a entablar conversaciones con Amir Peretz, jefe de Histadrut. "Cuando se trata de un Gobierno democrático, no se puede contentar con imponer la ley, sino que debe actuar sobre la base de las conversaciones", señalaba el diario Yedioth Aharonoth.
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